El hijastro de Oubiña solicita el indulto y retrasa la subasta de sus propiedades

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

CAPOTILLO

David Pérez Lago ya había tratado de revocar una pena que él mismo aceptó

25 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Perder un patrimonio valorado en millón y medio de euros y tener que desembolsar otro millón en multas no es un trago de buen gusto para nadie, y David Pérez Lago, el hijastro de Laureano Oubiña, está utilizando todos los medios a su alcance para impedirlo. Una sentencia firmada por la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra en febrero del 2015 daba por sentado que el hijo de la fallecida Esther Lago se había enriquecido con el narcotráfico y había creado, junto con sus parientes y allegados, una red de blanqueo para ocultar en empresas fantasma y propiedades los beneficios obtenidos de esos ilegales negocios. La pena para el arousano era de una multa de un millón de euros, así como el decomiso de un chalé en Aguete (Marín) valorado en 400.000 euros y de otro en la lujosa urbanización de Las Rozas (Madrid) tasado en un millón de euros. La sentencia condenaba también, entre otros, a su exmujer, Ana Isabel Briz, y a su suegra, que siguen viviendo en la actualidad en la mansión madrileña.

Por lo visto, Pérez Lago no está de acuerdo con la sentencia, porque recientemente solicitó ante el Gobierno que se le indultase. Y no es la primera vez que el hijastro de Oubiña trata de retrasar la ejecución del fallo judicial. Unos meses después de que se firmase, el condenado ya presentó un recurso alegando un defecto de forma que no prosperó. Ahora, la vía que le queda es la del indulto, una estratagema utilizada en el pasado por otros narcos gallegos y que muchas veces dio sus frutos, a veces con una exculpación total del condenado y otras con rebajas parciales de la pena inicial. 

Acuerdo con la Fiscalía

Pero lo más curioso en el caso de David Pérez Lago es que trate de revocar una condena que él mismo aceptó; porque la vista celebrada en febrero del 2015 en la Audiencia de Pontevedra por blanqueo de dinero fue muy breve, dado que el principal inculpado llegó a un acuerdo con la Fiscalía Antidroga por el que aceptaba los tres años de prisión y el decomiso de los bienes embargados, que además de las dos mansiones en Marín y Madrid, incluía en el lote varias fincas y una nave comercial. Poco después de firmar el acuerdo y de que se dictase sentencia, ya trató de revocarla mediante la presentación de un recurso. Al no prosperar, echa ahora mano del indulto.

El asunto queda, pues, a la espera de que se pronuncie el Consejo de Ministros. En contra de las pretensiones de Pérez Lago juega que ya tiene dos sentencias firmes por narcotráfico -una del 2001 de nueve años y un día de prisión por tráfico de drogas y otra del 2006 de seis años de cárcel por un delito similar-. Pero es que además, si hace años los indultos eran casi un trámite ordinario en el Consejo de Ministros, que firmaba más de quinientos al año, en la actualidad ya no se amnistía con la misma alegría; de hecho, el 2015 se saldó con 75 medidas de gracia, la cifra más baja desde el año 1996.

De rechazarse el indulto, las propiedades de David Pérez Lago pasarían a formar parte del Fondo de bienes decomisados por tráfico de drogas, que luego las subastaría como hizo antes con otros bienes del clan nacido al amparo del matrimonio Oubiña-Lago.

La medida de gracia benefició a 143 narcos gallegos en los últimos veinte años

Solicitar el perdón del Gobierno fue una triquiñuela empleada a menudo por narcos gallegos que trataban de obtener del Poder Ejecutivo lo que no habían logrado del Judicial. De hecho, en veinte años se firmaron 143 indultos que beneficiaron a los clanes gallegos.

En general, casi todos los aprobados hacían referencia a penas que no superaban los cuatro años de prisión y que quedaban reducidas a la mitad con la condición de que el condenado no volviese a cometer un delito similar en un espacio de tiempo que habitualmente coincidía, precisamente, con la duración de la condena.

Pero también hubo nombres famosos que se beneficiaron de esa medida de gracia. Como Daniel Baúlo, el hijo mayor del Caneo, que perdió la vida en un ajuste de cuentas. Al primogénito del clan se le rebajó parcialmente una condena por colaborar con la Justicia, ya que había delatado a los Charlines, a quienes acusaba de estar detrás del crimen que había acabado con la vida de su padre y postrado en una silla de ruedas a su madre. O como Manuel Vázquez, el Piturro, que fue indultado en su día por haber delatado al exsecretario de la Cámara de Comercio de Vilagarcía, Pablo Vioque, como organizador de un alijo en el que él también se había inculpado.

Lo cierto es que, si bien la medida de gracia suele poner como condición que no se reincida en el delito, tanto Baúlo como Vázquez fueron detenidos posteriormente por tráfico de drogas.