Los carteros se reparten los millones

Natalia Rodríguez Noguerol
natalia noguerol ARZÚA / LA VOZ

GALICIA

«Hasta el lunes». Los trabajadores de Correos intentaban ayer realizar su trabajo con normalidad -se despidieron con un «hasta el lunes»-, pero los paraban por la calle para felicitarlos.
«Hasta el lunes». Los trabajadores de Correos intentaban ayer realizar su trabajo con normalidad -se despidieron con un «hasta el lunes»-, pero los paraban por la calle para felicitarlos. Álvaro Ballesteros

Los afortunados con el premio rehuyeron la celebración pública, pero sin escapar de las felicitaciones vecinales

24 sep 2016 . Actualizado a las 21:17 h.

Residir en un lugar con seis mil vecinos, en el que todo el mundo se da los buenos días, es lo que tiene. Para lo bueno y para lo malo. Tarde o temprano, todo se sabe. Siempre hay más de un vecino dispuesto a echar una mano, incluso para contar la vida del prójimo. Por eso de poco, o de nada, les sirvió ayer a los trabajadores de Correos de Arzúa el silencio -respetable- que quisieron mantener durante toda la jornada para evitar ser el centro de atención mediática. Complicado. «Ahí están os da sorte», contaba un paisano señalando hacia la oficina postal de la localidad coruñesa, donde, pese a que los agraciados mantuvieron la normalidad en su rutina laboral, no dejaron de sucederse a lo largo de toda la mañana las felicitaciones y los abrazos vecinales.

Y son ellos, los vecinos, los que cuentan, que, entre los agraciados, hubo quien lloraba de alegría mientras se repetía a sí misma «soy millonaria» y quien se lamentaba porque aun con el premio tenía «que traballar igual». Lo cierto es que la mayoría en el dichoso grupo de adinerados son gente de mediana edad que todavía no pinta suficientes canas para jubilarse. Y conscientes de ello, dos de las carteras afortunadas se despedían, al concluir la jornada laboral, con un «hasta el lunes».

El soltero «de oro»

Pese a que sobraban los motivos, que diría Joaquín Sabina, ayer no fue día de celebraciones. Al menos, a lo grande y en público. Si las hubo, fue a puerta cerrada y cada uno en su casa. Otro trabajador de Correos de los afortunados confirmó que la fiesta quedó pendiente. «Hoy no, y no sé cuándo será», contestó tan sonriente como fugaz.

Lo más parecido a un brindis, pero sin champán, fueron los vinos que se tomaron en un bar cercano a la oficina postal de Arzúa un grupo de paisanos a la salud de Avelino Ares. Fue el único agraciado que despachó con la prensa. «El soltero de oro», le decían con cariño. Desde luego que billetes para darse un buen baño en dorado no le van a faltar a este hombre que cuenta ser el segundo más veterano del servicio en la localidad coruñesa. De momento, según comentó, no piensa darse ningún capricho, con lo que mucho menos está para excentricidades. «Eso ten que ser con calma», afirmó el agraciado, que sí tiene claro que con la millonada que le tocó -son 14,6 millones a repartir entre doce- «vou arranxar a casa onde vivo».

«Sigo sendo o mesmo»

Pese a confesar encontrarse, con el paso de las horas, «máis atontado» por la dichosa noticia, Avelino recuerda perfectamente el momento en el que confirmaron el premio en la administración de lotería en la que sellaron el boleto. «Metino na máquina pequena e indicoume: “Pase por ventanilla”». Y allí en ventanilla estaba Susana Quintela, la titular del despacho, para corroborarlo. Y así fue cómo este vecino de Arzúa se enteró de que le ha cambiado la vida por mucho que él se empeñe en decir: «Sigo sendo o mesmo de antes; por agora, non vin nada».

Susana Quintela titular de la administración que repartió la suerte, estaba ayer especialmente feliz porque el dinero queda en Arzúa entre clientes habituales que además son trabajadores.
Susana Quintela titular de la administración que repartió la suerte, estaba ayer especialmente feliz porque el dinero queda en Arzúa entre clientes habituales que además son trabajadores. Álvaro Ballesteros

La primitiva repartió mucha suerte, en forma de billetes, en Arzúa, pero más alegría, si cabe. Y no solo entre los doce afortunados que integran la peña de Correos, portadora del único billete premiado en el sorteo del jueves. También entre sus paisanos, que no escatimaron felicitaciones a los agraciados. Uno de los vecinos a los que el premio empapó de alegría fue Fernando Quintela, el fundador de O Rei Midas, el despacho en el que se selló el boleto de los seis aciertos con la combinación ganadora. Su hija Susana, que le tomó el relevo al frente del despacho desde hace unos años, contaba: «Mi padre está feliz. ¿Cómo no va a estarlo?».

Viendo el entusiasmo y la satisfacción que desprendía ayer la lotera de Arzúa, pensar lo contrario resulta imposible. Al galgo le tiene que venir de casta; en este caso, la de un hombre que, a principios de los ochenta, se llenó de valor «y luchó por el despacho. Se plantó en Madrid y hasta que lo recibió el director de Loterías y le presentó el proyecto no paró», cuenta orgulloso su hijo, también de nombre Fernando.