El chófer parado en la A-6 por temor a un suicidio está bajo control psiquiátrico

tania taboada LUGO / LA VOZ

GALICIA

El conductor de autobuses fue apartado del servicio mientras le hacen pruebas médicas

20 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El conductor de un autobús de la empresa Arriva que el pasado viernes fue interceptado en la A-6, a la altura de una rotonda del municipio lucense de Rábade, tras temer los sanitarios que estrellase su vehículo con cinco pasajeros a bordo, permanece en estudio por la unidad de psiquiatría de Lugo y a la espera de diversas pruebas y reconocimientos. Una vez que el diagnóstico sea definitivo se comunicará a la empresa, que también lo tendrá que tener en cuenta a la hora de decidir sobre el expediente informativo que le abrieron.

El chófer fue detenido a primera hora de la tarde del viernes después de que acudiese al centro médico de Fingoi, ubicado en la capital lucense, y los sanitarios advirtiesen síntomas de que podía tener impulsos de suicidio. Dado que el chófer no atendió a razones y se marchó rápidamente para ponerse al volante de un autobús, alegando que si llegaba tarde lo podían echar del trabajo, los sanitarios decidieron avisar de inmediato a los servicios de emergencia. Llamaron a la Policía Nacional de Lugo ante el temor de que pudiese causar un desastre a los mandos del autobús.

En el momento en el que la Policía Nacional recibió la llamada, el autobús ya circulaba por la A-6 en la que la policía no tiene competencias por lo que desde la comisaría trasladaron la urgencia a la Comandancia de la Guardia Civil de Lugo, que puso el caso en manos del equipo de seguridad ciudadana.

Varios agentes se trasladaron hasta Rábade, localidad próxima a Lugo, por la que necesariamente tenía que pasar el autocar en su recorrido desde la estación de autobuses lucense hacia Vilalba. En la rotonda próxima a la A-6 le fue dado el alto al chófer, que detuvo el vehículo con total normalidad y atendió las indicaciones de los guardias, parando allí el vehículo. Tras una primera atención por parte de los agentes, fue trasladado a un centro asistencial.

En el autocar, que realizaba un servicio de línea regular, iban cinco pasajeros que no corrieron ningún tipo de peligro, según informaron fuentes de la compañía de transportes, la cual adoptó los medios necesarios para que los usuarios pudieran continuar el viaje hacia Lugo en otro autobús.

Desde la empresa de autocares Arriva, manifestaron ayer que desconocen el estado en el que se encuentra actualmente el conductor. Recordaron que se le abrió un expediente y está apartado del servicio mientras continúan haciéndole pruebas medicas. Indicaron también que están a la espera del resultado de esos reconocimientos para tomar una decisión.

Interceptado en Rábade

El conductor es un lucense que hacía habitualmente el recorrido en los autocares de Arriba y que el viernes se presentó en su ambulatorio, en el barrio de Fingoi, antes de ir a trabajar, porque se sentía mal. Por las muestras que dio a los médicos hizo temer que tenía impulsos suicidas, pero no quiso esperar y se fue hasta la estación de autobuses, a apenas un kilómetro del ambulatorio. De tal manera que en cuanto las autoridades policiales montaron el despliegue, ya el autobús había salido de la ciudad y enfilado la N-VI, y por ello fue interceptado en Rábade.

Cuando fue interceptado llevaba cinco pasajeros en el autobús

Un automovilista circuló por error en sentido contrario por la misma autovía el domingo

Un conductor de avanzada edad circuló varios kilómetros por la A-6 en sentido contrario. Ocurrió la tarde del pasado domingo cuando, por error, tomó uno de los carriles en sentido Madrid cuando en realidad pretendía circular con su vehículo, un Seat Panda de color verde, hacia A Coruña. La circunstancia desató la alarma de los conductores que se cruzaron con él y que llamaron al 112 advirtiendo del hecho, que estaba teniendo lugar en los kilómetros 549 y 550, a la altura de Montesalgueiro.

De inmediato, la Guardia Civil de Tráfico recibió la alerta. Sin embargo, por las cámaras no se llegó a detectar la conducta del infractor. Esta circunstancia produjo gran desconcierto. Después, se constató que se trataba de una persona mayor que se había despistado, cometiendo la equivocación de manera involuntaria. Al ver los coches de frente, salió de la vía en cuanto pudo con lo que la situación de riesgo duró solo unos minutos.