De las murallas cerradas de Soutomaior a los montes de Cotobade

c. p. VIGO / LA VOZ

GALICIA

28 ago 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

Las 500 sillas preparadas debajo de la carballeira de San Xusto se llenaron, y el PPdeG dobló, según sus estimaciones oficiales, esa cifra de asistentes sumando los que escucharon de pie en la nueva ubicación su fiesta de inicio de curso. No poder utilizar un año más el castillo de Soutomaior como venían haciendo desde el 2007 se asumió ayer como un agravio gratuito por parte de Carmela Silva, la responsable del recinto amurallado dependiente de la Diputación de Pontevedra que el año pasado dio a sus adversarios permiso a regañadientes para mitinear en sus jardines por última vez al estar casi todo ya atado antes de que asumiese el mando. Pero la socialista advirtió que no habría más oportunidades, y ayer la carballeira de Cotobade fue la prueba del cumplimiento de esa decisión. «Dixeron que ían a abrir as ventás ao chegar a Deputación e acabaron por pechar o castelo», afeó Rueda al gobierno provincial de PSOE y BNG. «Menos mal que temos maioría absoluta en el Concello de Soutomaior, senón ilegalizábannos», añadió en su turno Núñez Feijoo. Rajoy auguró sin embargo que el PP volverá al castillo desde el que Pedro Madruga lanzaba sus ataques a los irmandiños y trazaba sus acciones contra los Reyes Católicos. La promesa de Rajoy se convirtió en el primer anuncio de que se han fijado como objetivo para el 2019 recuperar para el PP la Diputación que él presidió.

Con los santos

Pero antes de hablar, y tras saludar únicamente a los dirigentes de mayor rango que le salieron al paso del coche oficial, el presidente en funciones entró decidido en la capilla dedicada a San Xusto y San Pastor. A ellos pareció encomendarse para la semana que le espera en el Congreso, aunque él confesó afrontar sin demasiado optimismo un cambio de intenciones en el PSOE. «Agradezco el esfuerzo de Ciudadanos y Coalición Canaria, espero que podamos cerrar pronto un acuerdo con ellos, pero no es suficiente», dijo bajando el tono gradualmente tras echar las cuentas y recordar que le faltan aún cinco escaños para mantener las llaves de La Moncloa.

Visitando a los santos Rajoy en realidad rindió tributo a los comuneros que ayer facilitaron la nueva ubicación del cónclave popular. Ellos libraron durante seis años, en la década de los noventa, un tenso pulso con la iglesia católica por la propiedad de la carballeira que el presidente de los populares prefirió calificar como un símbolo de unidad y obviar un enfrentamiento que solo se resolvió en los tribunales.

Todo el Gobierno gallego asistió ayer con satisfacción a la glosa de los logros económicos y de gestión que el jefe estatal hizo de manera reiterada de la acción de la Xunta. Escucharon a mayores el biministro de Justicia y Fomento Rafael Catalá, y la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Todos ellos quedaron convocados para el año que viene, cuando Cotobade ya se haya fusionado con Cerdedo. Entonces quedarán en Galicia 313 concellos.