Más de 11.000 gallegos siguen trabajando tras cumplir los 65 años

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

GALICIA

Gallegos que trabajan después de los 65 años
La Voz

Un tercio de los que dejaron el mercado laboral entre los 60 y los 69 querrían haber continuado

23 ago 2016 . Actualizado a las 09:49 h.

Si los 40 años son los nuevos 30, ¿por qué los 70 no pueden ser los nuevos 60? Ese es uno de los argumentos estrella para explicar por qué cada vez más personas optan por seguir en activo más allá de la edad legal de jubilación, sentirse joven y útil. Aunque no es el único, ya que hay quien continúa trabajando por obligación más que por devoción: pesan los motivos económicos, que incluyen desde no tener suficientes años de cotización para acceder al 100 % de la pensión hasta que esta -complementada con el ahorro personal- se quede demasiado corta para mantener el nivel de vida deseable. Porque seguir trabajando incrementa la cuantía de la pensión en un porcentaje adicional de entre el 2 y el 4 % en función de los años cotizados, además de aliviar la presión a la Seguridad Social, ya que se retrasa el pago de prestaciones.

Independientemente de las causas, lo cierto es que hay una tendencia creciente a seguir trabajando pese a rebasar los 65 años y cuatro meses, la edad legal de retiro en vigor este año (o los 65 para quienes acrediten 36 años o más de cotización) y que aumentará progresivamente hasta situarse en los 67 en el 2027. La última Encuesta de Población Activa (EPA), correspondiente al segundo trimestre de este año, revela que en Galicia 11.500 personas mayores de 65 mantienen su empleo, lo que se traduce en una tasa de ocupación del 1,8 %.

Aunque no es la cifra más elevada de los últimos ejercicios (en el 2009 rebasó los 15.000), la estadística constata una evolución al alza: los 11.700 gallegos ocupados entre enero y marzo fueron el número más alto desde finales del 2012. Y suponen un repunte del 22 % en apenas un año.

La EPA también muestra que la cifra de mujeres que continúan trabajando (5.900) es algo superior a la de los varones (5.500) y que de las 11.500 personas que integran este colectivo de ocupados de mayor edad, poco más de un tercio son asalariados (de nuevo con más peso de las mujeres) frente a una mayoría de autónomos. La encuesta indica igualmente que de los mayores de 65 años que siguen trabajando, una inmensa mayoría lo hacen a jornada completa.

Otro dato ilustrativo de que mantenerse profesionalmente en activo resulta apetecible, lo ofrece el módulo de la EPA sobre la transición de la vida laboral a la jubilación. En su última actualización concluía que a un tercio del total de gallegos de entre 60 y 69 años de edad que habían abandonado el mercado laboral después de los 49 años y que estaban percibiendo una pensión, les habría gustado seguir trabajando.

Similares conclusiones ofrece un estudio del Instituto Aviva, que señala que más de la mitad de los gallegos (el 51,6 %) estarían dispuestos a trabajar más allá de la edad legal de la jubilación, aunque dos de cada tres (casi el 66 %) cree que no le quedará otra opción para poder financiar su retiro. Este último porcentaje se ha incrementado en cinco puntos respecto a la anterior edición del estudio.

Un derecho voluntario

Y es que jubilarse es un derecho voluntario, no una obligación, según reconoce la Seguridad Social. Es decir, los 65 años y cuatro meses que hoy marca la ley como edad mínima para el retiro ordinario no significan necesariamente la expulsión del empleo.

De hecho, los expertos llevan tiempo advirtiendo de la necesidad de prolongar la vida laboral el máximo tiempo posible -con más años de cotizaciones- como vía para hacer sostenible un sistema de pensiones herido por el imparable crecimiento de la esperanza de vida: en el 2060 los varones españoles de 65 años vivirán una media de 23 años más y 26 las mujeres.

Jubilación activa: compatibilizar un trabajo y el cobro de pensión

Entonces, ¿se puede seguir trabajado más allá de la edad legal mínima de jubilación? Sí. La respuesta es la llamada jubilación activa. En el 2013 el Gobierno aprobó un decreto ley de medidas para favorecer la continuidad de la vida laboral de los trabajadores, en el que se incluyó la figura del «pensionista activo», que permite compatibilizar la percepción parcial de la pensión contributiva de jubilación con el desempeño de cualquier trabajo, ya sea por cuenta propia como por cuenta ajena y tanto a tiempo parcial como a jornada completa.

Para ello se requiere cumplir varios requisitos: haber cumplido la edad legal mínima de jubilación -no se admiten jubilaciones acogidas a bonificaciones o anticipaciones de la edad de retiro, y este año cumplen dicha exigencia quienes se jubilen a los 65 acreditando un mínimo de 36 años de cotización o, si no los alcanzan, los que se retiren a los 65 y cuatro meses-; haber cotizado los años exigidos para percibir el 100 % de la pensión -es decir, haber cotizado al menos 36 años-, y que el empleo se desarrolle en el ámbito privado, ya que esta modalidad de jubilación activa es aplicable a todos los regímenes de cotización, excepto el de las funciones de la Administración pública.

Esta fórmula permite cobrar un 50 % de la pensión mientras se realiza cualquier actividad profesional, ya sea por cuenta propia o ajena y con independencia de la jornada laboral. Cuando el trabajador decida retirarse, cobrara el 100 % de la prestación.