Carmen Santos se niega a dimitir porque la decisión de diluir Podemos en la marea se tomó «coordinadamente» con la dirección del partido

Europa Press

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La secretaria general de la formación morada en Galicia defiende que la decisión se tomó de manera «coordinada»

13 ago 2016 . Actualizado a las 22:03 h.

La secretaria general de Podemos en Galicia, Carmen Santos, ha respondido este sábado por la tarde a las declaraciones realizadas por el exsenador de En Marea José García Buitrón, quien considera que la líder de la formación morada en la comunidad debería dimitir por haber llevado a la ciudadanía y a sus compañeros de partido «al borde del precipicio».

En declaraciones a los medios antes de participar en una asamblea para explicar a los integrantes de Podemos en Galicia lo sucedido en las últimas horas -en las que se decidió que, finalmente, la formación morada concurrirá conjuntamente con En Marea a las elecciones gallegas bajo la fórmula del partido instrumental-, Santos ha asegurado que la dirección de Podemos en Galicia «siempre» trabajó «coordinadamente» con la dirección nacional.

«Responsabilizar a la secretaria general de algo que todo el tiempo fue coordinado con la dirección estatal... Debería entonces quien pide mi dimisión pedírsela a Pablo Iglesias, a (Íñigo) Errejón y a los otros compañeros de la directiva», ha defendido, tras ser preguntada sobre si se siente desacreditada.

PACO RODRÍGUEZ

Por ello, entiende que las declaraciones de Buitrón -quien considera que Santos debería dimitir y, al mismo tiempo, destaca el papel de Pablo Iglesias para alcanzar finalmente un acuerdo con En Marea- no tienen «ningún sentido». «La decisión fue coordinada porque había que tomarla en extremis», ha subrayado Santos, quien ha asegurado que Iglesias defiende que «no se puede romper la unidad por la fórmula jurídica», ya que «no lo perdonaría la ciudadanía». «Y desde ahí se tomó la decisión», ha revelado, para luego informar de que Pablo Iglesias vendrá a Galicia para explicar la decisión tomada.

A continuación, ha defendido que la unidad de ambas formaciones debe «estar por encima» de la fórmula jurídica, ya que la ciudadanía gallega «no perdonaría el voto dividido en dos papeletas distintas». Por ello, ha asegurado que Podemos en Galicia seguirá trabajando con sus aliados con «lealtad», pero sí ha dejado claro el «enorme sacrificio» de las bases de la formación morada. Y es que mientras En Marea defendía la fórmula jurídica del partido instrumental, Podemos apostaba por concurrir en coalición, asunto en el que, finalmente, tuvo que ceder. «Con el paso del tiempo vamos a agradecer este sacrificio tan grande de Podemos», ha añadido al respecto.

Preguntada sobre la postura de la coordinadora de En Marea, considera que ésta ha sido «poco generosa» porque «no cedieron en nada». Por ello, confía en que se les permita «concurrir en igualdad» al proceso de primarias para configurar las listas por provincias porque, ha precisado, es «lo mínimo».

Y es que, ha resaltado Santos, Podemos ha cedido en «muchísimas cuestiones». De hecho, los miembros de la formación morada que se habían presentado como candidatos a la Presidencia de la Xunta han dado marcha atrás y, por lo tanto, el partido de Carmen Santos ha aceptado que el candidato oficial y de consenso sea el magistrado Luís Villares. «El candidato de todos y de todas, aunque tiene que pasar por primarias, es Luís Villares», ha señalado.

«Alguien tiene que perder, y en este caso perdió Podemos. Pero es la mejor decisión porque la unidad no puede tener un precio ni una fórmula jurídica, para nosotros no», ha opinado la secretaria general de Podemos en Galicia, quien ha asegurado no sentirse desacreditada. «Pablo (Iglesias) habló conmigo y estuvimos siempre trabajando coordinadamente. [...] Responsabilizar a la secretaria general de algo que todo el tiempo fue coordinado con la dirección estatal... Debería entonces también, quien pide mi dimisión, pedírsela a Pablo Iglesias, a (Íñigo) Errejón y a los otros compañeros de la directiva», ha defendido Santos, quien considera que el hecho de pedir su dimisión «no tiene ningún sentido».