¿Ha traicionado Urkullu a Feijoo?

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

Pilar Canicoba

El líder gallego haría una demostración de fortaleza política si mantiene su criterio de convocar las gallegas en octubre

01 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Cuando mandan los gallegos». Esa es la fecha en la que, según Alberto Núñez Feijoo, deben celebrarse las elecciones en Galicia. Al menos, ese fue el argumento que esgrimió el pasado 2 de mayo para justificar su negativa a adelantar los comicios autonómicos a pesar de las evidentes ventajas que habría tenido para el PPdeG sorprender a sus rivales políticos sin candidato y en medio de sus respectivas crisis internas. Otros argumentos utilizados entonces para «agotar la legislatura» fueron el de preservar la estabilidad en Galicia frente al «teatro» que se vivía en el ámbito nacional, e incluso el de que «no sería aceptable aprovecharse de la división y las peleas internas impropias» del rival.

Aquella decisión, loable en términos políticos, aunque discutible en términos estratégicos, ha llevado sin embargo a Feijoo a una embarazosa situación que debe resolver hoy mismo. O convocar las elecciones en octubre, que es el plazo que él mismo consideró hace solo unos días que exigen los gallegos, porque supondría agotar su mandato, o fijarlas para el 25 de septiembre. Se trata de una decisión que solo a él le compete, pero si opta por convocar en septiembre, muchos le están esperando para decir que las elecciones no se celebran «cuando mandan los gallegos», sino cuando mandan los vascos. O, más concretamente, cuando le conviene a uno de ellos, el lendakari Íñigo Urkullu, que ha decidido adelantarlas a esa fecha por su propio interés, temeroso de que el empuje de Podemos en el País Vasco vaya a más y acabe frustrando su expectativa de repetir mandato.

Feijoo se mantuvo en contacto con Urkullu en los últimos días y había expresado su deseo de que ambos comicios coincidieran de nuevo. Dado que ha insistido hasta hace muy poco en que serían en octubre, solo cabe concluir que el lendakari ha traicionado la confianza de Feijoo fijando su fecha sin consensuarla con el presidente gallego. Le habría bastado esperar una semana, convocando para el 2 de octubre, para no comprometer a Feijoo. Una decisión especialmente inamistosa, dado que entre los motivos de Urkullu para adelantar tanto las elecciones está el coger sin candidato al PP y a Podemos. Justo lo que Feijoo consideró que «no sería aceptable» haber hecho en Galicia. Y, además, la decisión del lendakari hace imposible cualquier apoyo del PNV a la investidura de Rajoy.

El líder del PPdeG sigue la máxima mariana de no tomar una decisión hasta que no sea obligatorio. Urkullu ha preferido desenfundar primero. Está en su derecho. Políticamente, no hay diferencia entre convocar las gallegas para el 25 de septiembre o hacerlo para el 23 de octubre, y nadie podrá reprocharle nada a Feijoo en cualquiera de los dos casos. Sus más cercanos aseguraban ayer a La Voz que desconocían su decisión. Y probablemente sea verdad. Pero, si mantiene su criterio de ir a las urnas en octubre en lugar de plegarse al deseo de Urkullu, haría una demostración de fortaleza e independencia política. La lógica indicaría por tanto que las gallegas se convoquen para final de octubre, aunque estén emparedadas entre las vascas de septiembre y unas hipotéticas terceras generales del 18 de diciembre.

El futuro de Echenique está cada vez más complicado

El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, se complica su futuro con sus intentos de justificar el hecho de que pagara en negro a su asistente personal, al que mantenía sin contrato y sin pagar las cuotas de la Seguridad Social. La tesis de que le pidió que se diera de alta y al no hacerlo le despidió no casa con el hecho que la situación irregular se remonte al 2012 y, tras interrumpirse durante un tiempo, Echenique volviera a fichar en negro a su asistente en el 2015. Pero, sobre todo, tiene difícil sobrevivir al hecho de que el pasado 2 de mayo calificara de «vergüenza» que se mantenga a los cuidadores sin Seguridad Social, tal y como puede verse en este vídeo: https://goo.gl/75i2G9

Nadie cree que Rajoy no vaya a ir a la investidura

¿De verdad pretende Rajoy no presentarse a la investidura si no tiene apoyos para sacarla adelante? Por más que eleven la presión, ningún dirigente popular cree realmente que eso sea posible. De hacerlo, Rajoy situaría a España en una situación de incertidumbre y caos político sin precedentes. La opción más probable si comprueba que no tiene apoyos sería convocar al resto de fuerzas y dejar claro ante la opinión pública que solo se presenta para desbloquear la situación, convirtiendo la investidura en una mera formalidad en la que, más que defender su programa, haría un discurso de Estado mirando ya hacia las próximas generales y fustigando a la oposición por su irresponsabilidad.

Beiras sigue dando pasos para ser el candidato

Como anunciamos aquí, Anova, y más concretamente Xosé Manuel Beiras, ha olido la sangre de un Pablo Iglesias más débil que nunca y se lanza a tratar de imponer su criterio, doblegando por primera vez al líder del partido morado. Detrás de la estrategia de la marea gallega de crear un partido instrumental para presentarse a las próximas elecciones autonómicas está el deseo del propio Beiras, contra viento y marea, de ser el candidato. La decisión del veterano político gallego de integrarse en la dirección del nuevo partido así lo confirma. El siguiente paso en esa estrategia será tratar de convencer a los más críticos, mediante la demoscopia, de que la opción de Beiras es la mejor.