En la playa no se fuma

Paula Santiago / E.M. / E.V. Pita

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

En dos de las playas urbanas más concurridas de Galicia, la de Samil y la de Riazor, se puede fumar todavía, pero los usuarios lo tienen claro: debe ser sin humos

03 jul 2016 . Actualizado a las 18:42 h.

Veintidós playas gallegas son desde el viernes áreas libres de tabaco, una iniciativa pionera que Adeac, el organismo que otorga las banderas azules, no solo aplaude, sino que estudia incluir como requisito para sus distinciones. En dos de las playas urbanas más concurridas de Galicia, la de Samil en Vigo y la de Riazor en A Coruña, se puede fumar todavía y, en cuanto al futuro, aunque aún quedan algunos reticentes, la mayoría de los usuarios lo tienen claro: debe ser sin humos

«Basta con concienciar a la gente para que no tire las colillas»

A los bañistas de A Coruña les suena bien la idea de que se llegue a prohibir fumar en las playas. La iniciativa puede estar todavía lejos, pero una gran mayoría no estarían en desacuerdo con aplicarla, «o bien que se tratase de minimizar los efectos que supone encender un pitillo en los arenales», dice Carlos Rodríguez, un bañista de Riazor que confiesa que fumaba cuatro cajetillas diarias, aunque lo dejó hace unos veinte años. Cree que la prohibición no es la solución a que la gente deje sus colillas enterradas y no evitará que acaben en los castillos de arena de los más pequeños. «¡No, lo que hay que hacer es concienciar a la gente fumadora de guardar las colillas y arrojarlas más tarde en los contenedores!», exclama.

«A mí si me prohibiesen fumar en las playas no me importaría», dice David, un madrileño que repite verano en la costa gallega junto a su pareja, Noelia. Es su primera vez en A Coruña, y los dos señalan que las playas del norte de España «están bastante limpias».

«Se puede fumar en sitios al aire libre, lo que no se puede es dejar las colillas tiradas en cualquier lugar», aclara Carmen Mosteyrín, mientras deposita su colilla en uno de esos famosos cucuruchos, repartidos hace unos años en diferentes campañas de concienciación, que funcionan como cenicero. «Pasa lo mismo con las pipas, cuyas cáscaras quedan tiradas por todas partes», lamenta.

«Estoy de acuerdo, se debería hacer también en los estadios de fútbol»

La playa de Argazada es el tramo de Samil cuyas dunas han sido recuperadas y que ostenta la bandera azul, lo mismo que la cercana Tombo do Gato. En un paseo realizado ayer no se observó a ningún bañista que fumase en ese momento, pero fumadores haberlos haylos, porque en un tramo de 100 metros, de una salida a otra de la playa, se contabilizaron 9 colillas que sobresalían en la arena a simple vista. Curiosamente, son boquillas de cigarrillo rubio, en su mayoría. En el cercano aparcamiento solo aparecieron cuatro. Un bañista mayor que frecuenta Argazada comentaba ayer: «Que quiten todo el tabaco de donde sea, es un veneno que me molesta. Pero me parece un poco exagerado que pierda la bandera azul porque alguien fume».

En el camino de tierra bajo un pinar que une Argazada con Tombo do Gato también aparecen, al menos, dos colillas. En la segunda playa con bandera azul, una bañista confirma que la arena está «repleta» de restos de cigarrillos: «Me parece bien que fumes si no dejas suciedad, hay que saber fumar y limpiar. ¿No viste las colillas en la playa?». Otro paseante no estaría de acuerdo con que pierda la bandera azul por dejar fumar. Un bañista llamado Alberto camina hacia Tombo do Gato. No es fumador, y comenta: «Estoy de acuerdo con que se prohíba fumar en la playa, se debería hacer también en los estadios de fútbol».