Galicia se sitúa al nivel demográfico de 1960

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

La tasa de fertilidad
O. A. / L. P. B.

Irlanda, que tenía un censo similar, ha crecido en ese período en 1,8 millones de habitantes

27 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El último medio siglo no ha existido poblacionalmente en Galicia. La prueba es que el censo de la comunidad es hoy prácticamente idéntico al que había en 1960. De aquella recta final del baby bum a la actualidad la comunidad solo ha aumentado en 1.351 personas, tras diversas oscilaciones en su evolución demográfica y una inmisericorde caída sin freno desde el 2010. Mientras el volumen de población de Galicia aumentó en los últimos 56 años solo un 0,04 %, el de España creció en cambio en el mismo tiempo un 52,4 %.

Pero la realidad demográfica española es diversa y por ello no equiparable, aunque a estas alturas la crisis poblacional y la económica se han entremezclado de tal manera que han dejado solo a Melilla con una tasa de relevo en su censo garantizada al resultar por cada mujer dos hijos de media. Aunque hay comunidades también envejecidas en España como Asturias o Castilla León, o con escasa tasa de natalidad como Canarias, Galicia tiene a juicio de los demógrafos un espejo muy concreto en el que inspirarse: Irlanda. En 1960 solo contaba con 90.704 habitantes más que en Galicia. Pero desde entonces la República de Irlanda ha crecido en 1,8 millones de personas y ha alcanzado una población de 4,6 millones al aumentar un 64 % en menos de seis décadas, nada que ver pues con la evolución demográfica gallega. 

El espejo irlandés

Tres patas. Carlos Ferrás, director del Grupo de Investigación Socio-Territorial y uno de los mayores expertos en demografía en Galicia, lo tiene muy claro. «Solo hay que fijarse en lo que han hecho en Irlanda, un país de emigración como el nuestro, con un clima afín y también rural que ha conseguido revertir su caída poblacional de manera extraordinaria», apunta. Para él las claves son tres: contar con una política de captación de inmigración estable con la que atraer nuevos habitantes, especialmente a las zonas rurales del oeste; haber implantado medias de conciliación reales y generalizadas, en las que sobresale un subsidio de 125 euros por cada hijo al mes desde su nacimiento hasta que alcancen su mayoría de edad, y por último, y a la que Ferrás da más importancia haber captado la atención del lobby irlandés afincado en el extranjero para que invierta de manera constante en el país. Facebook, Twitter, Paypal, Dropbox o Airbnb son solo algunos de esos ejemplos de implantación de sus centrales mundiales o europeas en Irlanda, apoyadas además en una baja carga impositiva a las empresas. 

Condicionante

Implicar a la UE. Diego Varela, coordinador de la escuela de verano de la Universidad de A Coruña y ahora profesor en la Universidad de Iasi (Rumanía), advierte que con la movilidad de trabajadores de la Unión Europea «no es un buen negocio para los gobiernos nacionales invertir en políticas demográficas y de capital humano, porque no tienen la garantía de que esa inversión se traduzca en futuros impuestos y cotizaciones en sus países». Varela reclama por ello que las políticas demográficas se establezcan a nivel de toda la UE. «En Rumanía conocen bien este problema porque tienen tres millones de rumanos pagando impuestos y cotizaciones en otros países sin que el Estado rumano reciba nada a cambio de la inversión en criar y educar a esas personas», explica. 

Ayudas concretas

Gran diversidad. Una de las medidas que más llama la atención de Varela es la aplicada por Rusia, el llamado «capital de maternidad», que supone ingresar 9.500 euros a partir del segundo hijo y sucesivos.

Francia, que lidera la tasa de natalidad europea con 2,08 hijos por mujer, ha adoptado la política de apoyo a la familia bajo la fórmula de planes que abarcan más de un legislatura y por tanto no dependen de los cambios de gobierno. Facilidades a las parejas jóvenes para alquilar mediante precios sociales; rebaja de cotizaciones a las madres trabajadoras; ayudas para parejas con niños sin derecho a cobrar el paro, y aportaciones por hijos nacidos o adoptados de 900 euros por parto y 180 al mes, resumen parte de la estrategia gala en favor del desarrollo demográfico.

La asignación económica por nacimiento tiene en Luxemburgo su máximo exponente con 1.501 euros, a condición de pasar una serie de exámenes médicos, y sube incluso a 3.975 en Noruega en el caso de las madres sin trabajo. Finlandia otorga ayudas ya desde el cuarto mes de embarazo.

Suecia es el líder en conceder días de permiso parental, al llegar hasta 450 los días que se pueden tomar hasta los 8 años del niño indistintamente por cada progenitor, aunque lo mínimo legal es de un mes para uno de los dos.

Dinamarca se centra en su caso en favorecer los permisos para cuidar a los hijos que pueden llegar a las 26 semanas. 

El plan de la Xunta

Acercarse a la Unión Europea. El gobierno autónomo, dentro de su Plan Estratéxico 2015-2020, se ha propuesto la dinamización demográfica de Galicia, que permita a la comunidad remontar su saldo vegetativo, uno de los peores del conjunto español. Los objetivos para lograrlo son, en primer lugar, aproximar de forma progresiva la tasa de hijos por mujer a la media de la Unión Europea, que se sitúa en 1,59.

Los esfuerzos de la Xunta también se dirigirán a disparar la tasa bruta de natalidad. O lo que es lo mismo, el número de nacimientos por cada mil habitantes, pasando de los 7,2, en tanto por mil a 10,4. Otros retos son elevar casi 10 puntos -de 40,8 a 50-, la tasa de escolarización de 0 a 3 años; y fomentar las excedencias para cuidados de hijos y de familiares solicitadas por hombres. Actualmente, la tasa es del 9,9 %, y el objetivo es aumentarla al 15 %.

Para impulsar desde un punto de vista socioeconómico la maternidad, las estrategias de la Xunta serán fomentar el acceso a estímulos económicos que apoyen la decisión de ser padres; prevenir y luchar contra la pobreza de las familias; incrementar y fortalecer la red de recursos de información, asesoramiento y acompañamiento a padres; y tomar en consideración la situación particular de las familias numerosas.

Para el ejecutivo de Feijoo es prioritario apoyar a las familias en el período de crianza. De este modo, ampliará y consolidará medidas para la conciliación de la vida personal, familiar y laboral impulsando horarios razonables en línea con los países del entorno y apostando por la cultura de la eficiencia y de los resultados frente al «presentismo» laboral.

Otro de los puntos en los que incide el Plan Estratéxico 2015-2020 se basa en favorecer el acceso al transporte y la movilidad de las familias. Se potenciará el desarrollo sociocultural y la calidad de vida de nos niños, las familias y sus miembros; se potenciará el asentamiento poblacional en el rural y en las zonas costeras no urbanas como fórmula para el fomento de la continuidad demográfica; y se facilitará la integración social y laboral de las personas inmigrantes y retornadas.

También se fomentará la aplicación de apoyos socioeconómicos desde el ámbito empresarial y se fortalecerá el desarrollo integral de los niños en todas las modalidades.

Captación de la atención de la emigración empresarial y de refugiados

Carlos Ferrás tiene claro qué guion debería seguir Galicia para empezar a revertir una situación que la coloca a la cola de todo el mundo en las estadísticas demográficas. Como ha hecho Irlanda, el profesor del departamento de Geografía de la Universidad de Santiago aboga por tratar de atraer la atención inversora de la emigración gallega que ha triunfado en sus países de acogida, para vincular a sus descendencias con la tierra de sus padres y que estos continúen y amplíen sus posibles proyectos en la comunidad. Combinar esa atracción con la llegada de refugiados a los que se le den facilidades para repoblar zonas en declive demográfico, son a su juicio elementos a manejar, a la vez que ampliar las políticas de conciliación y servicios públicos para las familias.