La lucha contra los incendios en el monte consume este año 173 millones

m. cheda SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Los fuegos en Galicia
La Voz

La Xunta creará un voluntariado contra el fuego y la categoría de bombero forestal

27 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tanto dinero como la suma de los costes del cheque bebé, la red de comedores de los colegios públicos y el sistema del transporte escolar. Todos esos recursos de las arcas autonómicas absorberá este año la lucha contra los incendios: 173 millones de euros, 11 más que en el 2014 y los mismos que en el 2015. Con esos fondos, que incluyen gastos en promoción, valorización, prevención y extinción, la Consellería do Medio Rural aspira a reducir en el 2016 un 8,4 %, de 740 a 678, el número de fuegos de consideración (más de una hectárea calcinada) declarados en la comunidad de enero a diciembre pasados. Junto a otro menos ambicioso en términos de superficie quemada, dicho objetivo figura en el Pladiga, un plan aprobado ayer por el Consello de la Xunta que entre sus novedades incluye la creación de un voluntariado contra las llamas en el monte y también de la figura del bombero forestal, en respuesta a una reiterada demanda laboral.

En época de máximo riesgo, el dispositivo antiincendios de este verano igualará al del anterior: entre medios gallegos y del Estado, más de 7.000 personas movilizadas, 20 helicópteros, 10 aviones, 358 motobombas y otros 19 vehículos terrestres. Esos profesionales contarán esta vez con una moderna herramienta informática para la gestión en tiempo real de las emergencias. Además, estrenarán red de comunicaciones, mucho más segura, rápida y amplia.

Merced a esos avances y a la experiencia acumulada en campañas precedentes, el Gobierno autónomo se ha marcado varias metas de mejora para el estío que se acerca. Entre ellas, dejar el tiempo medio de reacción ante un fuego por debajo de los 21 minutos, el de control en un máximo de 97 y el de duración en 194, como tope. Asimismo, pretende que el incendio tipo arruine menos de 30.000 metros cuadrados. El Pladiga fija igualmente propósitos no cifrados; por ejemplo, el «manter a moral de todo o persoal implicado na loita» y el de «fomentar ao máximo a colaboración de veciños, entidades locais, comunidades e asociacións na loita contra os lumes».

PATRICIA REY

Yendo un paso más allá en esta última pretensión, las direcciones generales de Xuventude y de Ordenación e Produción Forestal se coordinarán a lo largo de las próximas tres o cuatro semanas para constituir un cuerpo de voluntarios antiincendios, que compondrán, en número todavía por determinar, una parte de los 40.000 inscritos actualmente en el Rexistro de Acción Voluntaria de Galicia. De manera altruista y portando «elementos identificativos», realizarán tres tipos de tareas: «Vixilancia preventiva e disuasoria, comunicando a localización dos lumes a servizos de extinción»; «sensibilización e información sobre a necesidade de protexer o noso medio»; y «difusión de conceptos básicos da normativa, permisos e prohibicións relativas á prevención e defensa contra os incendios forestais».

Paralelamente, escuchando a los sindicatos, Medio Rural añadirá a su plantilla la categoría de bombero forestal, a la cual se podrán acoger unos 1.400 jefes de brigada, motobombistas, oficiales de defensa, peones y peones conductores. Los beneficiarios de la medida ganarán en condiciones laborales; especialmente, en lo concerniente a la edad de jubilación, «o que redundará tamén nunha maior eficacia no desenvolvemento das súas funcións», según fuentes de la consellería.

«La novedad más importante está en las mejoras tecnológicas»

El plan gallego de lucha contra los incendios forestales (Pladiga) de este año no contiene modificaciones en lo que a protocolos de actuación ni a medios se refiere. «La novedad más importante está en las mejoras tecnológicas», resalta el director xeral de Montes, Tomás Fernández-Couto. En concreto, en la nueva aplicación informática que permitirá optimizar la información disponible sobre medios humanos y materiales disponibles. También se mejora la coordinación entre todas las comunidades autónomas en lo que respecta a la ubicación y estado de los medios aéreos antiincendios. Fernández-Couto destaca también la apuesta de la Xunta «por la renovación de los camiones motobomba» y por el mantenimiento «del mando único y de la cadena de mando del operativo para garantizar máxima coordinación», afirma. Medio Rural también considera estratégico insistir en la línea de colaboración con los concellos «dado que muchos incendios son de su competencia», recalca.

«Hay descoordinación porque en el dispositivo hay siete entidades»

Para los trabajadores del servicio público de extinción de incendios forestales, el Pladiga de este año incurre en los mismos defectos que el plan de los años anteriores. En opinión de Carlos Rocha, bombero forestal y delegado de personal en la Consellería de Medio Rural por la UGT, «hay mucha descoordinación porque en el dispositivo de extinción intervienen siete entidades diferentes y eso plantea muchos problemas». Y es que además del de la Xunta, en el operativo hay personal de los concellos, de los Grupos de Emergencia Supramunipal (GES), de Protección Civil, y de empresas como Seaga, pública, o privadas como Natutecnia. «Y en el caso de los ayuntamientos con unos modos de contratación clientelares y que hacen que muchos operarios no estén debidamente formados», explica Rocha. Para el brigadista, todo el personal debería ser público y de la consellería. «De otro modo parece que hay un negocio del fuego del que se benefician empresas privadas», añade.