Los concellos maniobran para evitar quedarse sin socorristas

M. S. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

MONICA IRAGO

Sanxenxo subió los salarios para atraer vigilantes, y O Grove adelantó la contratación para tener candidatos

22 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia cuenta este año con 13 banderas azules menos que el verano pasado. Al menos diez de ellas no ondearán porque los concellos decidieron no solicitarlas ante los problemas que durante los últimos años han complicado la contratación de socorristas y que, en algunos casos, les han obligado a renunciar a banderas azules que les habían sido concedidas. Así, Ribeira, A Pobra y Porto do Son renunciaron a pedir tres, dos y un distintivos respectivamente, entre ellos el de Coroso en el primero de los municipios. Cangas renunció también a solicitar la bandera para tres de sus arenales, y Foz hizo lo propio para la playa de Os Xuncos. Para tratar de evitar nuevas renuncias, los concellos intentan garantizarse la contratación de socorristas.

Es el caso de Sanxenxo que, decidido a salvaguardar su condición de liderazgo en el sector turístico gallego, ha tirado de presupuesto y ha aumentado el salario de los socorristas para evitar renuncias y garantizar sus banderas azules. El sueldo del personal de las playas crecerá este año 200 euros hasta los 1.300 mensuales. El Concello ha celebrado hace unos días las pruebas para cubrir 60 plazas entre socorristas y sanitarios y se presentaron 53 candidatos para la primera categoría y 16 para la segunda. Los seleccionados trabajarán durante tres meses.

A pocos kilómetros de allí, en el municipio vecino de O Grove, el Concello ha decidido agilizar el proceso de contratación de los socorristas para tratar de garantizar que no se quedarán sin personal. Con esta medida trata de evitar lo que en años anteriores les ocurrió a muchos ayuntamientos, que esperaron a conocer las subvenciones de la Xunta antes de iniciar los procesos de contratación y después no lograron cubrir todas las plazas.

Menos aspirantes que plazas

Claro que ni siquiera la agilidad es una garantía. En Carballo se convocaron 35 plazas, pero solo 29 aspirantes han sido admitidos provisionalmente -otros 7, de los 36 que se habían presentado inicialmente, quedaron excluidos y el proceso está en fase de alegaciones-. El año pasado ocurrió algo similar y fue necesario abrir un segundo plazo.

En el fondo de la cuestión se encuentra un decreto que la Xunta aprobó en el año 2012 por el que se obliga a los socorristas a tener una certificación profesional para poder prestar ese servicio. Desde entonces, quienes deseen trabajar como socorristas deben realizar un curso de 420 horas en un centro homologado. Son cursos de pocas plazas y son caros, entre 1.300 y 1.500 euros. Si a esta circunstancia se añade el hecho de que los contratos suelen ser de muy corta duración -la mayoría de los concellos costeros mantienen el servicio durante dos meses, algunos lo alargan hasta tres-, el resultado es que muchos dejen de ver este empleo como alternativa laboral para el verano. No hay socorristas suficientes, por tanto, y sin al menos dos socorristas en las playas no se puede izar la bandera azul.