Los médicos desaconsejan entregar al marchante de arte a EE.UU. por problemas de salud

Efe

GALICIA

OSCAR CELA

Los expertos advierten del riesgo que supone exponer a Bergantiños a un viaje tan largo teniendo en cuenta su grado de deterioro cognitivo

20 may 2016 . Actualizado a las 12:37 h.

Los médicos forenses han desaconsejado la extradición del marchante gallego Juan Carlos Bergantiños, reclamado por EE.UU. para juzgarle por estafa y blanqueo por vender en Nueva York cuadros falsificados, al advertir del riesgo que supone exponerle a un viaje tan largo teniendo en cuenta sus problemas de salud. La sección segunda de lo Penal ha celebrado este viernes la vista de extradición en la que Bergantiños, de 60 años, ha manifestado por videoconferencia su negativa a ser entregado a Estados Unidos.

También han declarado los médicos forenses, tanto el de la Audiencia Nacional como el de la defensa, quienes han destacado los graves problemas de salud que sufre Juan Carlos para someterle a un desplazamiento a Estados Unidos, lo que han considerado motivo suficiente para que el acusado no asuma ese riesgo.

Y aunque han reconocido que los viajes se pueden hacer medicalizados y acompañados de personal sanitario, han recordado que «el riesgo está ahí» y más si «es una persona que es susceptible de que ir a peor» por su grado de deterioro cognitivo. Han explicado que Bergantiños tuvo un ictus en el 2006 que «dejó su cerebro lleno de agujeros» y que luego ha ido sumando lesiones hasta el punto de diagnosticarle demencia multinfarto cerebral. «Por su patología no se puede desenvolver», han aseverado los médicos.

Pese a que la fiscal no ha cuestionado «la salud delicada» de Bergantiños, ha recordado que hace unos años viajó a República Dominicana y «su enfermedad no se lo impidió». De esta forma, ha pedido que se acceda a su extradición ya que las víctimas y los testigos están allí y, sobre todo, porque los delitos fueron cometidos en ese país junto a otras personas y, por tanto, dejar aquí a Bergantiños mientras se juzga a los otros en Estados Unidos sería incluso un problema para España.

Sobre la posibilidad de que ingrese en prisión provisional en caso de ser entregado, la fiscal ha pedido a la Sala que este escenario no se tenga en cuenta a la hora de tomar la decisión ya que corresponde a los tribunales de EE.UU. valorar esta cuestión.

Este tribunal ya accedió a entregar a las autoridades estadounidenses a su hermano, Jesús Ángel, que ha recurrido esa decisión y está pendiente de la resolución de este recurso. Y ahora la fiscal ha recordado que no tiene lógica juzgar allí a Jesús Ángel y dejar aquí a Jose Carlos cuando la mayor parte de las pruebas están allí. «Seria caótico y extraño», ha añadido.

Juan Carlos Bergantiños fue detenido en abril del 2014 junto a su hermano Jesús Ángel, ambos naturales de Guitiriz (Lugo) y de doble nacionalidad estadounidense y española, por falsificar obras de arte que encargaban a pintores en Nueva York y a las que luego daban apariencia de antigüedad usando un secador de pelo. Según recoge la reclamación de EE.UU., los dos hermanos, la mujer de Juan Carlos -la marchante mexicana Glafira Rosales- y Pei Shei Qian urdieron un plan «para crear y vender pinturas que ellos decían habían sido pintadas por pintores del expresionismo abstracto mundialmente famosos» como Jackson Pollock o Willem de Kooning.

Pero los cuadros habían sido pintados por los hermanos Bergantiños, Qian y Rosales, quienes lograron embaucar «a compradores para que pagaran decenas de millones de dólares, sabiendo que no tenían valor alguno». De este modo, llegaron a embolsarse más de 33 millones de dólares entre principios de la década de los 90 y junio del 2009. Para ocultar la procedencia del dinero y evitar el pago de impuestos, los acusados, según la reclamación, habrían exigido a las dos galerías de arte de Nueva York con las que trabajaban que pagaran los cuadros mediante transferencias bancarias a cuentas abiertas en España.

Tras ser detenidos ambos en Sevilla y Madrid, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu les dejó en libertad tras tomarles declaración y negarse los dos a ser extraditados.