El secreto del valor añadido

Gabriel L. Serrano TRIBUNA

GALICIA

03 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Según Naciones Unidas la población mundial se habrá incrementado en 2.000 millones en el 2050, llegando a 9.600 millones de habitantes. De mantener los actuales modos de vida, serían necesarios los recursos naturales de tres planetas iguales a la Tierra. Es inevitable reducir el consumo de recursos naturales para conseguir mantener este planeta habitable y aquí la gestión de los residuos como recursos se identificada como un pilar básico para avanzar hacia un crecimiento sostenible.

Los progresos en la gestión de estos recursos en España han sido enormes. Hasta el año 2006, cuando los neumáticos llegaban al final de su vida útil, eran depositados mayoritariamente en vertederos, abandonados en el campo o tirados al mar. Sin embargo, los neumáticos están formados por componentes que se puede reaprovechar al 100 % sustituyendo así el uso de recursos naturales. Es una pérdida económica, un ataque al medio ambiente y a las generaciones venideras no procurar un entorno más sostenible, desperdiciando esos recursos.

Sus usos pueden ser muy diversos. El acero, que supone entre un 18 y un 20 % de su composición, se recicla en las acerías y los gránulos de caucho obtenidos entran a formar parte de varias aplicaciones: Suelos de seguridad de parques infantiles, campos de fútbol de césped artificial y mezclas asfálticas. De hecho, la aplicación de estos recursos, obtenidos de un residuo, mejora sustancialmente la seguridad vial de las carreteras en los que se aplica. También existe la posibilidad de incorporar el caucho obtenido a las formulaciones de hormigón y morteros para dotar a las estructuras de una mayor capacidad de absorción de energía.

Actualmente la gestión de los neumáticos que han finalizado su vida útil está incluido en el paquete de la Economía Circular, el 100 % del residuo generado cada año se valoriza, su vertido es cero. Un elevado porcentaje se recicla y otro, inferior, se utiliza como combustible sólido recuperado en cementeras, en las que además de sustituir a los combustibles fósiles, dado su importante valor energético, aporta un 25 % de su material al clínker fabricado.

Sin embargo, quedan todavía espacios con acúmulos importantes sin gestionar, con más de 10 años de antigüedad, que suponen un problema ambiental y paisajístico, pero que pueden suponer una fuente de recursos. Cualquier acción que contribuya a la desaparición de estos depósitos históricos conllevará una mejora ambiental y un reaprovechamiento de recursos necesarios para hacer este planeta más sostenible.