¿Qué puedo hacer por Galicia?

M. Blanco Desar EL EXPERTO

GALICIA

29 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ante la desfeita demográfica gallega, la influenza meridional nos conduce a instalarnos en el Piove, porco Governo. Traducido: Chove, porca Xunta; porco Goberno central; porca Bruxelas. Natural. Es lo más cómodo, popular y enxebre. Sin embargo, ante cualquier desastre natural o desgracia solo los cínicos e indolentes se sentarían a maldecir la tardanza de bomberos o sanitarios mientras contemplan la agonía de familiares, amigos y vecinos.

La naturaleza humana nos abruma con ejemplos de seres indignos. Pero también nos ofrece sublimes paradigmas de personas bizarras, gallardas, afoutas e barís. En el caso de las naciones, entre los mejores compendios de bizarría está lo que J.?F.?Kennedy sentenció en su discurso de toma de posesión: Ask not what your country can do for you ? ask what you can do for your country (no te preguntes lo que tu país puede hacer por ti, pregúntate lo que puedes hacer tú por tu país). Tampoco está mal la leyenda del escudo de armas de Philipp Freiherr von Boeselager, quien con solo 25 años se conjuró contra Hitler al saber del asesinato de cinco personas gitanas mientras sus compatriotas cerraban los ojos: Et si omnes ego non. En Sarria, por ejemplo, la panadería Pallares (http://www.panaderiapallares.com/) materializó aquello de que los niños traen un pan bajo el brazo. No hizo como otros, es decir, nada. No maldijo al Gobierno. Actuó, a su modesto nivel, dando pan a los progenitores de su localidad. Todos podemos hacer algo por los gallegos que han de nacer para que Galicia sobreviva. También los concellos y quienes pueden presentar proposiciones de normas y leyes.

Los concellos no precisan de una ley habilitante para consensuar una Ordenanza de Impulso Demográfico Local, del tipo http://ordenanzadeimpulsodemograficolocal.blogspot.com.es/. Una ordenanza integral que codifique todas las compensaciones a favor de sus vecinos emprendedores vitales, y que cree el clima propicio para que ciudadanos de otros lares decidan emprender nuevas vidas en su territorio. Esos concellos, en especial aquellos que están a punto de bajar de 50.000, 20.000 o 5.000 almas -Lalín, A Estrada, Cerceda, Ribadavia, Ribadumia, Muxía, Outeiro de Rei, Vedra, ?-, por lo que pierden en la recaudación de impuestos del Estado, o los que también pueden subir de escalón -Monforte, Moaña, Zas, Cospeito, Cuntis-, debieran ser los más interesados en pactar una Ordenanza que sirviese de Constitución material para la supervivencia de la localidad. Seguro que así, predicando con el ejemplo, nos acercaríamos más al ideal kennediano de hacer algo por nuestro país en vez de aguardar al colapso autogenocida nutrido por el desleixo.

M. Blanco Desar es economista y experto en demografía.