Bélgica multiplica las redadas para cercar a los cómplices del atentado

m. l. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

ATLAS

Los antidisturbios usaron cañones de agua para dispersar a medio millar de ultras que intentaron reventar el homenaje pacífico a las víctimas de los atentados en la capital belga

28 mar 2016 . Actualizado a las 08:34 h.

Pese a la recomendación de las autoridades belgas de posponer por cuestiones de seguridad el homenaje a las víctimas de los atentados del pasado martes en Bruselas, cientos de personas se acercaron ayer a la plaza de la Bolsa de la capital, convertida en el símbolo del dolor colectivo, para rendirles tributo y expresar su rechazo al terrorismo.

La concentración pacífica se vio interrumpida por un nutrido grupo de radicales de extrema derecha -450 según la agencia de noticias Belga- que se referían a sí mismos como Belgian Hooligan y que comenzaron a gritar proclamas xenófobas con el brazo en alto del saludo hitleriano. Vestidos de negro y con sus rostros ocultos bajo pasamontañas y caretas corearon eslóganes como «Hooligans belgas, esta es nuestra casa» y «Todos juntos contra el Estado Islámico».

Los presentes en ese templo improvisado, molestos con la irrupción de los radicales que les enturbió ese sentido momento de duelo, los abuchearon e incluso algunos llegaron a forcejear. Los agentes antidisturbios tuvieron que intervenir y utilizaron cañones de agua para evitar que el enfrentamiento se transformara en un choque más grave. Y los ultras fueron obligados a abandonar la plaza. Una decena de ellos fueron detenidos.

Destrozos

Un portavoz policial aseguró que los extremistas destruyeron mobiliario urbano y lanzaron bengalas contra las fuerzas de seguridad.

Según la Policía bruselense, en torno a 340 seguidores violentos de diferentes clubes de fútbol se reunieron en Vilvorde, en el Brabante Flamenco, para trasladarse hasta la plaza de la Bolsa. La Alcaldía de Vilvorde indicó, por su parte, que eran unos 450 personas y la de Bruselas habló de unos 400. El alcalde, Hans Bonte, pensó en tomar alguna medida para que no acudiesen a Bruselas pero «eso habría causado demasiadas frustraciones» y de acuerdo con «la policía y Seguridad, decidimos dejarles tomar el tren, bajo la supervisión de la policía de Vilvorde en coordinación con los colegas de Bruselas», recoge el diario belga Le Soir.

El alcalde de Bruselas, Yvan Mayeur, se mostró consternado por el hecho de que «esa gente asquerosa» se hubiera desplazado a la ciudad para «provocar a los habitantes» en los lugares para recordar a las víctimas de los atentados. Y dijo sentirse escandalizado por la inacción del ministro del Interior, Jan Jambon, frente a los fascistas

La policía estuvo atenta en todo momento. Un helicóptero sobrevolaba el centro de Bruselas, donde lo mensajes escritos con tiza siguen alfombrando los suelos y abrigando las paredes. «Los terroristas no tienen humanidad y ninguna religión» se podía leer en la pancarta del imán Essan Secundar. A su lado, una familia marroquí gritaba «viva Bélgica» con pancartas expresando su «amor» por el país en el que viven. Sus voces fueron respondidas con un sonoro aplauso y vítores de los presentes.

El primer ministro belga, Charles Michel, condenó firmemente los altercados protagonizados por los ultraderechistas y pidió «respeto» en un momento de duelo para todo el país.

Pero la actitud de los radicales tuvo ya otras consecuencias. El homenaje a las víctimas previsto para hoy en el Atomiun, uno de los símbolos de Bélgica, fue suspendido a causa de los altercados de ayer. Así lo anunció uno de los convocantes, Emmanuel Foulon, de Reza por Bélgica. «Es triste y lamentable que algunos priven al conjunto de belgas de un momento así», de concentrarse en honor a las víctimas mortales -28, según un nuevo balance? del doble atentado en Bruselas del pasado martes, dijo Foulon a la Agencia Belga.

En Roma, el papa Francisco condenó el terrorismo calificándolo como una «forma ciega y brutal de la violencia», en su mensaje pascual.