Mensaje de amor y duelo en una botella de cerveza

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

GALICIA

Senda Nova

Una niña encontró el recipiente en el arenal carballés de Baldaio. Participaba en una salida con la entidad Senda Nova

21 mar 2016 . Actualizado a las 12:50 h.

El amor, el recuerdo y el duelo caben en una botella de cerveza. Hay cosas que parecen increíbles al contarlas y José Manuel Menéndez, presidente de la asociación ambiental carballesa Senda Nova, aún sigue emocionado. El jueves, alumnos de cuarto del colegio Bergantiños de Carballo participaron en una salida interpretativa promovida por su entidad. Caminaban por el arenal de Baldaio y se toparon con basura devuelta a tierra por el mar. Bastante. Ante la abundancia de botellas, Menéndez les dijo a los niños que había que estar atentos, porque si llevaban tapón quizás podían portar un mensaje. No más de diez segundos después, Noelia, una de las pequeñas presentes en el recorrido, exclamó: «Si, botellas con mensaxe, ¡coma esta!». No daban crédito. Se concentraron en torno al hallazgo, abrieron el recipiente y leyeron. La carta, de dos hojas plenas de contenido y sentimiento, estaba escrita en inglés, así que la tradujo Montse, una de las profesoras participantes en el itinerario. Se emocionaron. Firmaba el escrito una mujer, Katie, quien dirigía el mensaje a su compañero. Un mensaje de duelo. A la pareja perdida le contaba Katie que se encontraba en un barco, en el Atlántico, rumbo a España. Concretaba que en su recuerdo bebía una cerveza, a la vez que escribía. Le decía que lo echaba de menos y que la vida era ahora dura: todo iba mejor con él. Katie le avanzaba a su compañero que, una vez acabase de escribir la carta, la introduciría en la botella de la cerveza y la arrojaría al mar, con la esperanza de que él descansase en paz y de que el entusiasmo de quien la hallase hiciese de este un mundo mejor. El deseo se cumplió y a lo grande, porque no solo se entusiasmó una persona, sino más de 60, los que participaban en la excursión.

La botella que encontró Noelia alimenta ahora el espíritu e ilusión de los niños. En el colegio no solo saben ya de las corrientes de mar y del medio ambiente. También de la vida misma.

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