A la nueva izquierda le sale a pagar

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

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Podemos muestra los primeros signos de desgaste por la teatralidad excesiva de Pablo Iglesias y la agenda soberanista

13 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si se repitieran hoy mismo las elecciones generales, el PP y el PSOE se quedarían prácticamente como están, Ciudadanos aumentaría un 20 % su representación en el Congreso, mientras que el partido de Pablo Iglesias, Podemos, y sus diferentes confluencias les saldría la operación a pagar. Y el precio, tal y como apunta la encuesta de Sondaxe, sería de nueve escaños menos en este momento.

La actitud de cada formación política tras el 20D es premiada o castigada por un electorado que quiere huir de un escenario de nuevas elecciones que dejaría una fragmentación política similar, aunque más escorada hacia la derecha. Podemos, y en mucha menor medida el PSOE, pagan el pato por la incapacidad de la izquierda para cooperar en un gobierno sin que salten chispazos. A Podemos también le pasa un coste las tensiones internas en su espacio político, que pueden ir a más de aquí a tres meses, cuando hipotéticamente se repetirían las elecciones.

Partido Popular

Sin capacidad para remontar el vuelo. El PP está ahora mismo en disposición de defender de manera rocosa el resultado obtenido el pasado 20D -baja una décima en estimación de voto, pero sube un escaño-, cuando sufrió la sacudida que le llevó a perder 63 escaños por el desgaste acumulado por la gestión de la crisis y los sucesivos escándalos de corrupción. Los datos de la encuesta de Sondaxe constatan que el PP tiene un grado de fidelidad importante entre sus electores: el 82,7 % de sus votantes del 20D volverían a escoger la misma papeleta. No obstante, es evidente que en estos momentos no tiene margen para remontar el vuelo, especialmente con Rajoy de candidato, penalizado en la encuesta por la mitad de la población por no intentar la investidura.

Partido socialista

Estabilidad en el peor resultado de la historia. La posición del PSOE es muy parecida a la del PP, pues su resultado apenas varía respecto a hace cuatro meses. Pedro Sánchez no logra rentabilizar en términos electorales la campaña de imagen que le brindó el hecho de que asumiera el encargo del jefe del Estado para intentar formar Gobierno y someterse a una sesión de investidura que resultó fallida. El caso es que el PSOE repetiría lo que en palabras de Susana Díaz fue el «peor resultado de la historia», pues la estimación de voto sería la misma, un 22 %, aunque obtendría un escaño menos. En Galicia mejora ligeramente la posición, al subir tres décimas a costa de En Marea, pero sin que ese repunte afecte lo más mínimo al reparto de escaños.

Ciudadanos

El gran beneficiado por contribuir a romper el bloqueo. El partido de Albert Rivera está en una gran paradoja. De un lado, es la formación que más empeño puso por formar Gobierno, tendiendo puentes a derecha y a izquierda; y del otro, sería el partido que más rédito sacaría de que no hubiera Gobierno y hubiera nuevas elecciones. El electorado parece premiar al partido naranja por sus apelaciones al diálogo, lo que le permite a Ciudadanos ganar 1,7 puntos en porcentaje de voto y ocho escaños, a la vez que continúa nutriéndose de antiguos electores de PP y PSOE.

Podemos

Síntomas de desgaste. Podemos y algunas de sus confluencias, como la gallega En Marea, empiezan a mostrar los primeros síntomas de desgaste, antes incluso de tocar poder institucional. No se trata de un proceso acusado, al menos no de momento, pero el caso es que se dejan por el camino un total de nueve escaños, lo que convierte a la formación morada en la más penalizada por los ciudadanos en caso de que se repitieran las elecciones hacia finales de junio. ¿Los motivos? Es difícil apuntarlos con claridad, pero todo indica que después de una campaña en la que sus opciones fueron in crescendo, tras el 20D Podemos protagonizó un cúmulo de decisiones desacertadas (o al menos impopulares) por el exceso de escenografía de Iglesias, con el impostado reparto de ministerios, o por la recuperación de la agenda soberanista y el derecho de autodeterminación. Eso explica que mientras que en Cataluña o el País Vasco los de Iglesias Turrión y sus confluencias revalidan resultados, en Madrid, en Andalucía, Castilla y León o Castilla-La Mancha pierden un escaño en cada una de ellas. En Valencia, la ruptura con Compromís tiene un coste de tres actas, mientras que en Galicia retroceden ligeramente -se dejan tres décimas ene voto-, si bien obtendría igualmente seis diputados.

Nós-Candidatura galega

Sin posibilidades en una segunda oportunidad. El 20D puso fin a las dos décadas de representación del BNG en las Cortes, donde llegó a tener tres diputados y un senador. El resultado de diciembre dejó a los nacionalistas gallegos a mucha distancia de poder entrar en el reparto de escaño y las cosas no mejorarían en caso de que se repitieran las elecciones. Al contrario, empeorarían. La marca electoral del Bloque retrocede dos décimas de media en Galicia, pero cae de forma especial en la provincia de Pontevedra, donde su estimación de voto sería de un discretísimo 3,9 %.