Oporto pone remedio a la competencia de Lisboa, mientras la oferta gallega carece de rumbo definido

c.p. vigo / la voz

GALICIA

11 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El alcalde de Oporto, el independiente Rui Moreira, puso el grito en cielo a finales del año pasado advirtiendo a sus conciudadanos de las intenciones de la aerolínea portuguesa TAP de dejar de prestar desde el Sá Carneiro vuelos de larga distancia y favorecer así a Lisboa. Sus augurios sirvieron para tensar a la sociedad portuense en defensa de su territorio en el lamento permanente frente a un centralismo que entienden lastra su empuje. De la eliminación de los vuelos a Brasil, Estados Unidos o Canadá no se volvió a hablar, pero sí y mucho del abandono que protagonizará la TAP este mes en cuatro vuelos de primer orden: Barcelona, Roma, Bruselas y Milán. Las cuatro plazas dejarán de ser defendidas por la compañía de bandera lusa, pero casi desde el día siguiente otras aerolíneas se ofrecieron para cubrir ese espacio.

Pese a que el hueco de la TAP queda así cubierto, el área metropolitana de Oporto ha arreciado en la defensa de su aeropuerto, para no perder una posición que le ha llevado a duplicar el número de usuarios de los tres aeropuertos gallegos juntos.

En ese marco se explica el cambio de escenario de Turkish, llevándose a Oporto los tres vuelos semanales que aún mantenía en Lavacolla. Así se asegura el segundo aeropuerto luso blindar su conexión con la puerta aérea de Oriente todos los días de la semana, haga lo que haga la TAP en el futuro en esa ruta. La dirección del Sá Carneiro la ve como una ventana de crecimiento, y ya busca nuevas rutas de larga distancia con las que llegar a su nuevo objetivo: doce millones de pasajeros, cuatro más que en la actualidad. Esa cobertura al margen de la aerolínea portuguesa está garantizada ahora con Estambul, las cuatro ciudades europeas que deja la TAP y las islas portuguesas, nuevo escenario de operaciones de Ryanair que puso fin allí al monopolio aéreo luso.

Mientras, al otro lado de la frontera, la pelea por no perder destinos y vuelos vuelve a incentivar la vía de las ayudas y subvenciones, estrategia de la que se había quedado descolgada Vigo, pero que ahora se ha retomado desde el Ayuntamiento para lograr 18 destinos este verano, récord en su historia. Pero las subvenciones aéreas en Galicia no han servido para afianzar ni rutas ni mercados.