Las carreteras y los sobrecostes lastran el AVE entre Lubián y Ourense

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

OURENSE

ALBERTO LÓPEZ

Los trabajos comienzan a pararse en media docena de tramos porque las adjudicatarias se niegan a pagar los desperfectos en las vías de acceso y por la resistencia del ADIF a aprobar modificados

02 mar 2016 . Actualizado a las 10:11 h.

Síndromes muy diferentes están afectando a las obras del AVE en el trazado de montaña entre Lubián y Ourense, de nuevo atascadas o bajo la amenaza de pararse en media docena de tramos por las diferencias de criterio entre el ADIF y las constructoras. Por un lado está el miedo al poder destructivo del agua subterránea y a las sorpresas geotécnicas, alentado por los problemas aún no solventados en los túneles de Pajares en Asturias, una obra magna que acabó convertida en un fiasco y que se ha convertido en una referencia negativa de lo que puede pasar con una obra bajo la montaña. Por otro, el temor a que los sobrecostes disparen el precio final de la obra, como sucedió en el AVE a Barcelona, salpicado también por escandalosas prácticas de empleados del ADIF que están siendo investigadas en la operación Yogui. A estos temores sustentados en experiencias pasadas se suma un conflicto sobre quién debe pagar los enormes desperfectos en las vías de acceso a los tajos, que afectan a los vecinos de la zona con un considerable deterioro de la seguridad vial.

En estas tres coordenadas se mueven los problemas que afectan al nuevo acceso ferroviario a Galicia en un momento clave, cuando existen unos presupuestos con 731 millones que garantizan liquidez al menos hasta el final del 2016, y en plena incertidumbre política sobre este proyecto por las prioridades que pueda tener el nuevo Gobierno central. Los problemas afectan a tramos en Prado, Portocamba, Campobecerros, O Corno y los de la frontera entre Zamora y Galicia.

El problema de las carreteras es quizás el más novedoso, pues el conflicto por los modificados de proyecto se ha venido repitiendo en varias ocasiones en el último año y la Administración sigue con su política de mirar con lupa cada propuesta. Distintas adjudicatarias se quejan de que el ADIF, presionado por la Diputación de Ourense y la Xunta, les obliga a arreglar las carreteras afectadas por el continuo trasiego de camiones con áridos o de hormigoneras con cemento. En algunos casos, estos arreglos se hicieron, pues no suponían un alto coste. Pero ahora se les exigen amplias reparaciones, previas a la restauración final de los viales cuando terminen las obras. «En total, sumando lo que hay que hacer en varios tramos, estamos hablando de millones de euros. El problema es que el cálculo de estos desperfectos no estaba en la mayoría de los proyectos y, por tanto, el ADIF no quiere pagarlos», comenta un técnico que trabaja en uno de los tajos. «Es una deficiencia de los proyectos que hay que solventar», añaden.

Límites en el tonelaje

La solución de la Administración en algunas de estas carreteras fue rebajar el tonelaje de los camiones de 40 a 25 toneladas. «Esto supone gastar el doble en el transporte de material a los tajos», resaltan los técnicos, que aseguran que esta decisión «es una forma de presionarnos para que arreglemos las carreteras». Se temen que el ADIF contrate a otras empresas para adecentar los viales y que luego les impute el coste en la liquidación final. Pero las asfaltarían ellos mismos si se les abona el gasto.

El ADIF confirma estas desavenencias. Un portavoz precisó que ya se pusieron en contacto con la Diputación para que les detalle los tramos más afectados. Próximamente harán lo mismo con la Xunta, pues están convencidos de que son las adjudicatarias las que deben asumir el coste. Pero también admiten que la reducción en el tonelaje que soportan las vías puede servir de base para presentar un modificado.

El problema del agua se sustancia en los colectores que deben construirse en los túneles que ya están perforados. Varias empresas quieren que tengan mayor capacidad para evitar problemas en el drenaje subterráneo, por lo que han presentado un modificado para cambiar las medidas que estaban previstas en el proyecto. Temen que lo previsto inicialmente no sea suficiente para evacuar el agua.

En el túnel de Prado parece que también está pendiente la aprobación de un modificado para acometer el problema de la falla que atraviesa el trazado subterráneo y que impide completar la perforación del túnel.

«Las diferencias pueden dirimirse en los tribunales»

Un portavoz del ADIF negó ayer que la obligación de las adjudicatarias de reparar las vías de acceso no esté contenido en los proyectos. «La reposición de las vías de acceso es algo que está previsto en los contratos. Y si no se está de acuerdo estas diferencias pueden dirimirse en los tribunales», alega el administrador ferroviario, que no cree que este asunto justifique paralizar obras.