Ana Pontón personifica el mensaje que la organización frentista entiende que debe transmitir para tratar de resintonizar con la sociedad
29 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Si las circunstancias son las que deben determinar el perfil que debe ocupar un cargo, Ana Pontón estaba llamada a acabar en la portavocía nacional del BNG. Diputada autonómica desde finales del 2003, y militante de la UPG, Pontón personifica el mensaje que la organización frentista entiende que debe transmitir para tratar de resintonizar con la sociedad, con especial atención al segmento joven y urbano, y recuperar pulso electoral. Porque la nueva portavoz nacional llega al cargo convertida, además, en candidata virtual del Bloque a la Xunta, después de que la militancia diera ayer luz verde a la propuesta de suprimir la incompatibilidad que hasta ahora impedía al líder encabezar la lista para las autonómicas.
Ana Pontón (Sarria, 1977), licenciada en Ciencias Políticas por la Universidade de Santiago, inició su vinculación con el nacionalismo con 16 años, a través de la organización juvenil del BNG, Galiza Nova. En su primera intervención como portavoz nacional, reveló que lo hizo desobedeciendo a su padre, que le aconsejó que no debía meterse en política. En su etapa universitaria, Pontón ejerció como activa integrante de los Comités Abertos de Facultade (CAF). Al Parlamento autonómico llegó con 26 años, para cubrir el escaño que dejó vacante Pilar García Negro. En los 12 años que lleva en O Hórreo, a Pontón le ha tocado esporádicamente hacerse cargo de la portavocía del grupo. Asumió esa función cuando Carlos Aymerich dejó ese cargo en el 2012, una etapa de apenas 10 meses entre la asamblea de Amio y las pasadas autonómicas. Curiosamente, en la asamblea de ayer se registró un paralelismo similar. Aymerich tomó la puerta de salida del Bloque coincidiendo con la llegada de Pontón a la portavocía.
En su primer discurso tras ser elegida, la que es la persona más joven en tomar las riendas del BNG resaltó un aspecto que tendrá presente en su acción política, su condición de feminista. En uno de los momentos más crítico para el proyecto, a Pontón le queda mucho trabajo por delante.