El sector turístico acoge con optimismo el plan de inspecciones de la Xunta

Tamara Montero
Tamara Montero REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

MERCE ARES

Piden que se centre en la lucha contra el intrusismo profesional que sufren

26 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El ambicioso plan de inspecciones en materia turística anunciado por la Xunta «llega tarde, pero llega y bienvenido sea» y eso ha insuflado optimismo entre los profesionales del sector, que sin embargo ponen el acento en la necesidad de luchar contra el intrusismo y la competencia desleal que deja una «imagen deplorable» del turismo de Galicia. Quien lo explica es Cesáreo Pardal, secretario del Clúster do Turismo de Galicia, que aglutina a 52 entidades que representan el 95 % del sector. «Lo valoramos positivamente siempre y cuando vayan sobre los establecimientos que no cumplen la legalidad».

El clúster cifró hace unos meses en hasta 7.000 las camas ilegales que hay en la comunidad y cree necesario ponerle coto a un negocio que no ofrece seguridad a los turistas porque pueden carecer de «permiso, licencia, requisitos mínimos, plan de riesgos laborales y no pagar a la Seguridad Social, por ejemplo», explica Pardal. De todas formas, el clúster no se opone a que la oferta crezca, sino que tiene que hacerlo de forma «regulada y bajo una legislación». Por eso, Pardal y el clúster al que representa siempre ha abogado por que a estos alojamientos «se le dé un plazo para enmendar la situación. Pero si eso continúa dos o tres meses después, ya pasa de castaño oscuro».

De la imagen que puede tener el turista de la comunidad ante una mala experiencia también habla Diego Otero, presidente de la Asociación Galega de Axencias de Viaxe, que afirma que las malas prácticas fuera de la legislación vigente «bajan el nivel, la gente habla mal y al final nos afecta a todos». Para él, de nuevo, el principal problema es el intrusismo, y de hecho habían tenido una reunión con Turismo para abordar una problemática que abarca cualquier colectivo que vende un hotel y avión junto con otra actividad. Incide especialmente en las excursiones organizadas por todo tipo de asociaciones e incluso de particulares, que pueden carecer de seguro de responsabilidad social, un requisito que cubre incidentes como «que el autobús te deje tirado, que un usuario se caiga o que haya una intoxicación alimentaria en un restaurante». También Otero se muestra a favor de ejercer mayor control en el sector para evitar prácticas fraudulentas.

«Non había ningún control»

También los guías turísticos están contentos de acabar con una situación que hace tiempo que llevaban sufriendo. «Hai moito intrusismo porque non había ningún tipo de control», dice Diego Lamas, presidente de la Asociación Profesional de Guías Turísticos de Galicia. Lo sabe de primera mano: «Eu son guía dende o 2004 e nunca me viñeron facer unha inspección» y esa falta de control favorecía que en zonas muy turísticas, como Santiago o Pontevedra, «a xente entrase e saíse sen control». En pleno proceso de habilitación de guías, ya sea a través de acreditar la formación en turismo o mediante un examen, Lamas cifra en unos 200 los guías que hay en la comunidad. Y comparte el argumento de sus compañeros: nadie se opone a que haya más guías. Pero deben jugar con las mismas cartas.