El empujón que derivó en homicidio

Marcos Gago Otero
Marcos Gago MARÍN / LA VOZ

GALICIA

RAMON LEIRO

Marín sigue conmocionada cuatro días después de la muerte de un empresario tras una riña con unos clientes

14 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue una mala caída, que acabó siendo fatal, pero que pudo evitarse. Es la noticia que ha conmocionado a la villa pontevedresa de Marín desde que el pasado jueves murió, como resultado de un golpe en la cabeza asestado el martes, un hombre de 61 años y dueño de un cíber al que un cliente empujó al suelo en una fuerte riña. A la puerta del local comercial, CiberWar, en el centro de la villa, hay vecinos que, de forma persistente, insisten en volver a encender las velas que apaga la lluvia. Y es que el muerto era muy conocido y todavía familiares y vecinos no se explican cómo pudo pasar.

Eran las tres y media de la tarde del martes. El dependiente y dueño del cíber se negó, según los vecinos, a copiar un cedé que cuatro personas más, todos de etnia gitana y vecinos de Poio, le exigían.

La conversación se elevó de tono y en el escenario aparecieron más personas, entre ellos, al parecer, uno de los hijos del dueño. Como la cosa iba a más, el comerciante intentó frenar cualquier enfrentamiento y se interpuso entre los dos bandos. En ese momento, uno de los poienses, un hombre de 31 años, le dio un fuerte empujón que acabó con el hombre en el suelo. El golpe resonó sobre el pavimento de una forma tan potente que aún resuena en los oídos de los testigos cuando reviven el desgraciado hecho. Los agresores se dieron a la fuga y horas después dos se entregaron a la Guardia Civil, mientras que el presunto autor material del golpe lo hizo el jueves. Para el comerciante, sin embargo, la pelea fue mucho más trágica. Falleció en el hospital de Vigo el jueves al mediodía, sin recuperar la consciencia.

Un hombre de 31 años, investigado por la muerte del comerciante

El presunto autor material de la agresión, un hombre de 31 años, pasó varias horas el pasado viernes ante el juez de guardia de Marín, después de entregarse voluntariamente a la Policía Nacional. Según explicó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, el hombre quedó en libertad con la obligación de comparecer quincenalmente y se le investiga por un presunto delito de homicidio imprudente. Al segundo adulto que participó en la discusión, se le investiga por riña tumultuaria y lesiones. El tercero, un menor, está bajo la custodia paterna desde el miércoles, y una cuarta persona quedó en libertad sin cargos tras comprobarse que no participó en la agresión, aunque sí pertenecía al grupo de clientes que protagonizó el fatal enfrentamiento.

Por último, los resultados provisionales de la autopsia, también hechos públicos por el Tribunal Superior, especifican que el comerciante marinense «falleció a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico compatible con una caída».