El asesino de Becerreá, antes de matar a su mujer: «Ven para amañar as cousas»

D. Cela / X. Carreira LUGO / LA VOZ

GALICIA

En la imagen, la víctima mortal (segunda por la derecha) posa abrazada por su esposo, y autor confeso del disparo, junto a su madre y a sus dos hijos, durante una celebración familiar.
En la imagen, la víctima mortal (segunda por la derecha) posa abrazada por su esposo, y autor confeso del disparo, junto a su madre y a sus dos hijos, durante una celebración familiar.

La víctima, de 40 años, llevaba unos días viviendo en otra casa con sus dos hijos

13 feb 2016 . Actualizado a las 10:24 h.

La mujer que murió como consecuencia de un tiro que le dio por la espalda su esposo, en la tarde del jueves en una vivienda situada a cuatro kilómetros de Becerreá, pidió a su madre que la acogiera en su casa de Pedrafita a ella y a sus dos hijos. Ana Gómez Nieto, de 40 años, no deseaba seguir la relación con José Manuel Carballo Neira, O Chamaco, el presunto autor del crimen.

De hecho ya llevaba unos días viviendo en una casa en la que también residía la madre de su esposo. Y no se hubiese producido el fatal desenlace si el pasado jueves no hubiese acudido acompañada de sus hijos a la vivienda en la que ocurrieron los hechos. Pero su marido le había pedido que fuese a la casa para «amañar as cousas».

Y ese arreglo acabó a tiros. Ana Gómez murió a consecuencia de un disparo de escopeta que recibió por la espalda. Ocurrió en presencia de sus dos hijos, que se pusieron a salvo como pudieron, y de su suegra. Las relaciones entre el matrimonio habían empeorado notablemente en los últimos tiempos, según diversas fuentes consultadas por La Voz, pero no hay constancia de que se hubiesen dado episodios de malos tratos anteriormente. La primera referencia a los desencuentros entre ambos aparece hace unas semanas cuando él supuestamente la amenazó con pegarle un tiro con la escopeta.

Allegados a O Chamaco aseguran que él llevaba una temporada contrariado y que la mala situación de la pareja pudo desembocar en la supuesta amenaza que motivó que Ana Gómez pensase en asentarse definitivamente con sus hijos en la casa de su madre. De hecho parece que se había llevado ya de la casa muchas pertenencias.

José Manuel Carballo proviene de una familia desestructurada. Su madre tiene, según algunos vecinos, doce hijos. Y la mayoría de ellos se encuentran tutelados por la Xunta.

Fue a por la escopeta

Sobre los que ocurrieron el jueves por la tarde en la casa de la aldea de Herbón hay una versión que apunta a que la discusión entre la pareja fue muy violenta y que O Chamaco, muy enfadado, fue en busca de la escopeta que utilizaba para ir a la cacería de jabalíes, la cargó con un cartucho y le disparó por la espalda a su esposa. Los dos hijos de Ana Gómez, de 16 y 17 años, aterrorizados por lo que estaban viendo, trataron de ponerse a salvo. Uno de ellos parece que llegó incluso a saltar por una de las ventanas de la vivienda y, ya desde el exterior, pudo llamar desde su teléfono móvil al servicio de emergencias del 112. El otro menor consiguió encerrarse en una habitación, temeroso de que pudiera ocurrirle algo.

En el escenario del crimen también se encontraba en ese momento la madre de José Manuel Carballo, que salió ilesa del percance. Pero todo indica que pudo haber ocurrido una auténtica masacre en aquella vivienda. O Chamaco llegó a coger una canana que tenía cargada de cartuchos. Y antes de entregarse, la dejó junto a la escopeta, apoyada en un carballo.

No declaró en la Guardia Civil

Después de entregarse al concejal poco después del crimen, José Manuel Carballo Neira acabó en el cuartel de la Guardia Civil de Becerreá. Luego fue trasladado a la Comandancia de Lugo. Tuvo que recibir asistencia médica como consecuencia de una crisis de ansiedad. Algunos de sus conocidos dijeron que desde hacía tiempo presentaba evidencias de que podría tener algún problema de tipo nervioso, pero no se conoce que hubiese recibido medicación o asistencia médica.

O Chamaco no declaró ante los agentes de la Guardia Civil sobre lo ocurrido en su vivienda. Y no lo hizo, entre otras razones porque su abogada, Paloma Becerra, no tuvo acceso a las diligencias elaboradas por los investigadores. José Manuel Carballo declarará en el transcurso de la jornada del sábado.