Un deber de lealtad

GALICIA

09 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un deber de lealtad ha vencido mi resistencia a escribir estas líneas sobre Castro Beiras. Sin ella, la amistad y los agradecimientos profesionales de los que soy deudor me hubieran movido a dejar su recuerdo en la intimidad de lo personal. No soy testimonio único de su aptitud de servicio desarrollada de una manera abierta, como algo natural, y de su preocupación por cuestiones de interés general. Pero sí puedo darlo, y el mazazo de su desaparición no lo ha impedido, de su ligazón con la Universidad de A Coruña, desde sus primeros pasos. Tenía muy clara la conveniencia de la colaboración entre hospital y universidad, de lograr la convergencia de la actividad clínica, de investigación y de docencia entre las dos instituciones.

Su experiencia y su conocimiento de lo que era realidad en otros países le llevó a proponer esa colaboración. Se forjó una leal relación al servicio de lo que considerábamos bueno para el interés general, que trascendía los beneficios singulares para las instituciones a las que estábamos ligados. El número de doctores en Medicina por la Universidad de A Coruña, sin tener facultad del mismo nombre, es elocuente de lo positivo de aquella aproximación.

Por su condición de profesor y por su dedicación hospitalaria era puente ideal para la relación entre las dos instituciones. De mentalidad amplia para otear el futuro, no por ello dejaba de tener sentido práctico. Bien informado, al día en su profesión, discretamente tenaz, un humanista en la tradición de la ars medica. Nos vimos por última vez en la casa de este diario el 20D. En este prematuro, inesperado adiós, me amparo en la misericordia de la fe cristiana.