Las cuatro únicas opciones se han complicado aún más tras los acuerdos para la presidencia del Congreso y la Mesa
15 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El arranque de la legislatura y las tensiones derivadas de la conformación de los órganos de gobierno del Congreso ha hecho que la posibilidad de alcanzar un acuerdo para investir a un candidato, que ya se presentaba compleja, se convierta en misión casi imposible. Desde el Gobierno y desde la Zarzuela se trabaja ya en la hipótesis de una repetición de las elecciones. Y esos eventuales comicios tienen ya dos fechas posibles: el 22 o el 29 de mayo.
Todo depende de la jornada que escoja el rey Felipe VI para convocar la primera sesión de investidura. Es partir de ese momento cuando comienzan a correr los dos meses de plazo máximo para investir a un presidente. Tras escuchar a los líderes políticos, el monarca convocará previsiblemente para finales de enero la primera sesión de investidura. En ella, con toda probabilidad, Mariano Rajoy no logrará ser investido ni en primera votación, para lo que necesitaría la mayoría absoluta, ni en segunda, para lo que le bastaría tener más votos a favor que en contra.
A partir de ahí, el rey puede convocar sucesivamente nuevas sesiones de investidura, bien de nuevo con Mariano Rajoy como candidato o con el socialista Pedro Sánchez como aspirante. Si el límite de 60 días se agotara sin que nadie logre ser investido, las elecciones se convocarían a primeros de abril para celebrar los comicios el 22 o el 29 de mayo. Aritméticamente, existen muchos posibles pactos que evitarían esa nueva llamada a las urnas, pero estos son los únicas políticamente razonables. Este análisis da por hecho que el diputado Pedro Gómez de la Serna, expulsado del Grupo Popular, votaría siempre a favor del PP.
Gobierno del PP
Mayoría de 123 escaños. Esta posibilidad necesitaría de un acuerdo del PP con el PSOE y con Ciudadanos, que implicaría que estos dos últimos partidos se abstuvieran, bien para que gobernara Rajoy o para que lo hiciera algún otro dirigente popular, como Soraya Sáenz de Santamaría. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ya se ha mostrado dispuesto a hacerlo. Pero el socialista Pedro Sánchez lo rechaza de plano. Solo un cambio de liderazgo en el PSOE que situara a la andaluza Susana Díaz a la cabeza de los socialistas podría acabar propiciando este acuerdo. A favor de esta posibilidad juega el hecho de que ni al PSOE ni a Ciudadanos les conviene una repetición de las elecciones. A los de Pedro Sánchez porque temen que Podemos pueda acercárseles en votos o incluso superarles, arrebatando así a los socialistas el liderazgo de la oposición. Y a los de Albert Rivera, porque temen que la llamada al voto útil devuelva al PP muchos de los sufragios que emigraron a Ciudadanos en las pasadas elecciones. En todo caso, este sería un Gobierno extremadamente débil que duraría poco y daría lugar una legislatura muy corta.
PP-PSOE-Ciudadanos
Mayoría de 253 diputados. Es el pacto que está ofreciendo Rajoy y el único que está oficialmente sobre la mesa. Sería el que mayor estabilidad proporcionaría, pero Pedro Sánchez lo rechaza aún con más rotundidad que el anterior. Aceptar este acuerdo, que implicaría la salida de Sánchez del liderazgo del PSOE, sumiría probablemente al partido en una enorme división interna. Albert Rivera sí estaría dispuesto a un acuerdo de este tipo, que rechazaba antes de las elecciones. El líder de Ciudadanos ni siquiera descarta la rocambolesca solución de que fuera él quien acabara presidiendo ese Gobierno para que ni PP ni PSOE tuvieran que ceder ante su rival. Con 253 diputados, se formaría un Ejecutivo muy sólido para frenar el desafío independentista lanzado desde el Parlamento catalán.
PSOE+Podemos+PNV+IU
Mayoría de 167 escaños. El pacto entre el PSOE y Podemos, bien sea incluyendo a IU o sin esos dos diputados, necesitaría siempre el voto favorable del PNV para superar los 163 votos en contra del PP y de Ciudadanos, que ya han anunciado su voto negativo a cualquier opción que incluya a Podemos. Pero, además, precisarían ineludiblemente la abstención de ERC y de CDC, lo que dejaría al PSOE en una situación muy comprometida. Además de pactar con Podemos, que defiende el derecho a decidir, necesitaría el beneplácito de dos partidos independentistas. Este Gobierno sería el preferido por los secesionistas catalanes, que ven más posibilidades de negociar con el la independencia de Cataluña.
PSOE+Podemos+C?s
Mayoría de 199 escaños. Es la opción que presenta el socialista Pedro Sánchez como alternativa a un pacto exclusivamente de izquierda. Pero esa opción, que daría estabilidad parlamentaria por el número de diputados, sería imposible de gestionar por las enormes diferencias en los programas económicos de Podemos y Ciudadanos, algo que generaría grandes tensiones internas. Este acuerdo, además, está expresamente rechazado por Ciudadanos, que asegura que nunca pactará un Gobierno con Podemos. Y tampoco Pablo Iglesias está dispuesto a llegar a pactos con los de Rivera, a los que ha incluido en lo que llama «el búnker», después del acuerdo para la formación de la mesa del Congreso al que llegó con el PP y el PSOE, y del que Podemos decidió quedarse al margen.