La inestabilidad merma la confianza empresarial por primera vez en tres años

G. Lemos, D. valera REDACCIÓN / LA VOZ, COLPISA

GALICIA

ANDREA COMAS | REUTERS

Patronales y grandes compañías urgen un pacto que alumbre un Gobierno estable para evitar el azote de los mercados

15 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si a la volatilidad que reina en los mercados en este arranque del año se le une una buena dosis de inestabilidad política como la que ha dejado en España el resultado de las últimas elecciones generales, el resultado es un cóctel que nubla las perspectivas sobre el comportamiento de la economía española en este comienzo del año. La última prueba de este temor creciente la dio ayer el Instituto Nacional de Estadística, que constató la primera caída en casi tres años de la confianza empresarial, indicador que llevaba 33 meses consecutivos al alza.

El índice de confianza empresarial desciende un 1,3 % en este primer trimestre del año respecto al último tramo del 2015. Y es que, aunque el 61,3 % de los gestores de negocio se muestran neutrales sobre la evolución que seguirán sus compañías entre enero y marzo, son muchos más los que temen un comportamiento desfavorable (22,6) que los que confían en una mejora de sus resultados, apenas un 16,1 %, tres puntos menos que en el estudio de octubre.

El dato, que choca con la opinión expresada sobre el trimestre ya finalizado, donde los pesimistas solo adelantan por una décima a los optimistas, es más acusado en el caso de Galicia, donde el saldo negativo de cara al futuro alcanza los 13,5 puntos y donde el índice de confianza empresarial cae un 3,2 %, más del doble que en España -solo Navarra y Baleares presentan cifras peores-.

Los directivos se muestran también pesimistas sobre la evolución del empleo, ya que los que creen que habrá recortes de plantilla doblan a los que apuestan por seguir contratando.

Claro que los miedos van por barrios y, según la encuesta, los que más temerosos se muestran sobre el efecto de la incertidumbre en sus negocios son los dueños de microempresas de menos de diez empleados, mientras que los gestores de grandes firmas (con más de diez mil asalariados) son los únicos que se ven confiados en saber capear el temporal y seguir engordando sus cuentas de resultados.

Apuestan por un gran pacto

Claro que esto no quiere decir que a las grandes empresas no les asuste un panorama de incertidumbre política, que pueden capear en el corto plazo pero cuyos efectos son impredecibles si se prolonga. Por eso, desde el 20D conjuran el mantra de la estabilidad cada vez que tienen oportunidad. El asunto se debatió de nuevo esta semana en el Consejo Empresarial para la Competitividad, el organismo que agrupa a 15 gigantes empresariales españoles como Santander, BBVA, Inditex o Telefónica. En la reunión mantenida este miércoles, sus directivos hablaron, con preocupación, de la situación política, y lanzaron un nuevo llamamiento a los partidos para que cierren cuanto antes un acuerdo que alumbre un Gobierno estable capaz de alimentar la recuperación económica y proseguir la agenda reformista.

No es ningún secreto que los grandes empresarios verían con buenos ojos una gran coalición como la que se formó para la elección de la mesa del Congreso entre PP, PSOE y Ciudadanos. Más inquietud les provoca un pacto a la portuguesa que apostara por revertir alguna de las reformas económicas, como la laboral, aprobadas durante la última legislatura. Pero lo que quieren es un acuerdo cuanto antes, por el temor a que la parálisis institucional pueda despertar a unos mercados de momento anestesiados por la inyección de liquidez del BCE.

Y la presión no viene solo del Ibex. El presidente de la patronal de las pymes, Antonio Garamendi, lanzó un mensaje claro: aunque el Congreso esté fragmentado «tres cuartas partes de los ciudadanos votaron por la moderación», por lo que reclamó a los partidos que él identifica con esa moderación un «marco estable» que permita a las empresas operar con normalidad.