«Leer en braille relaja mucho, es más pausado, más romántico»

maría santalla REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

RAMON LEIRO

José Ángel Abraldes, director del centro educativo de recursos de la ONCE en Pontevedra, coincide en que las nuevas tecnologías pueden servir de apoyo a las personas ciegas, pero a veces siguen siendo inaccesibles

11 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque es licenciado en Derecho, José Ángel Abraldes (Santiago, 1968) lleva muchos años vinculado a la ONCE, organización en la que ingresó a los siete años y en la que ejerce como director del Centro de Recursos Educativos Santiago Apóstol de Pontevedra. Apasionado de la comunicación y de las nuevas tecnologías, destaca el cambio que estas han supuesto para los discapacitados visuales.

-Las nuevas tecnologías, como en el resto de la población, están teniendo un efecto muy fuerte, respecto a su uso como sustitutivas no del braille, sino como nuevos soportes para leer. Al final el braille no es el libro propiamente dicho, sino que es un sistema de acceso a la lectura, un alfabeto. Nosotros no solamente leemos braille en papel, sino que leemos braille en unos equipos complementarios, periféricos del ordenador, que se denominan líneas braille. Es un instrumento que se adapta al ordenador y mediante él se puede leer braille del mismo modo que una persona puede ver una pantalla y leer una pantalla.

-¿Cuáles son sus ventajas?

-Las nuevas tecnologías lo que están haciendo es complementar el acceso a la cultura, al estudio, al trabajo, y nos ofrecen un sistema distinto de acceso a la información, complementario al braille. Esto nos facilita muchísimo la inmediatez. El braille tiene una serie de problemas, por ejemplo que ocupa mucho, el peso, la postura, lo que se deteriora, y hoy cada vez más se tiende a espacios más pequeños. Indudablemente las nuevas tecnologías reducen muchísimo el espacio que nos ocupa el braille.

-¿Son siempre accesibles o dan problemas?

-Las nuevas tecnologías adolecen a veces de falta de accesibilidad para las personas con discapacidad visual, muchas veces las páginas web no están hechas con una configuración adecuada para que puedan funcionar bien. Hay un estándar establecido, que además es obligatorio, y sin embargo muchas veces tenemos dificultades. Lo que tratamos de reivindicar es que todos los contenidos que se hacen en nuevas tecnologías sean accesibles para las personas ciegas, y además no entrañan ningún coste mayor si se prevén cuando se elabora el material.

-¿Está Galicia a un buen nivel en la implantación de estas tecnologías?

-El nivel es aceptable en general, lo que ocurre es que hay espacios donde no puede ser aceptable, tiene que ser bueno. Por ejemplo, en el académico. Si los niños ciegos no tienen un libro de texto accesible, como sus compañeros, los estamos excluyendo de la educación. Las nuevas tecnologías no son un privilegio para unos pocos, son un derecho para todos, porque son absolutamente fundamentales en la actividad académica, en la actividad cotidiana, en la actividad laboral. Yo compraba en un supermercado, hacía la compra por Internet, se ha mejorado la página del supermercado y ahora no puedo hacer la compra porque ya es inaccesible para mí. Lo han hecho sin criterios de accesibilidad. Lo que recomendamos es que quien elabore ese tipo de materiales, tenga esa sensibilidad.

-Y todos estos nuevos métodos, ¿han desplazado al braille?

-No se utiliza menos el braille porque haya nuevas tecnologías. Se utiliza a veces hasta más, porque quien accede a la cultura, generalmente tiende a buscar más contenidos. Yo creo que las nuevas tecnologías son totalmente compatibles y complementarias del braille. Tratamos de no meterlas en edades tempranas de manera masiva, lo que no quiere decir que no trabajemos con ellas en edad temprana, pero tampoco tratamos de fomentarlas, porque también es cierto que las nuevas tecnologías nos acomodan.

-¿Qué diferencia hay entre la lectura en soporte braille y la lectura en soporte informático?

-Lo que hay que buscar es la rentabilidad en la lectura. La lectura braille es mucho más lenta que la lectura en tinta. Un buen lector en tinta puede leer en torno a 300-400 palabras por minuto. Un muy buen lector de braille puede leer en torno a las 150. Cuando la lectura no requiere una atención muy grande es una buena medida leer en un soporte informático, cuando requiere atención muchas veces es mejor hacer una lectura más lenta pero más concentrada en código de escritura braille.

-Igual que ocurre con el papel, ¿hay nostálgicos que se aferran al braille?

-Sí, mucha gente, a mucha gente le gusta leer braille. Leer braille relaja mucho, leer en braille es un gusto, es más pausado, más concentrado, más romántico.

-¿Es cierto que muchas personas ciegas no saben leer braille?

-Sí, es cierto. Las personas que nacen ciegas o que quedan ciegas de pequeñas, en general todas leen braille. Las personas que se quedan ciegas de mayores muchas veces tienen dificultades y tienden a acomodarse más en un soporte de lectura sobre todo en audio. Pero el braille tiene una importancia grande también en contenidos propios de la vida cotidiana, como por ejemplo los medicamentos, un ascensor, un cajero automático, una información en un plano de situación. Ahí se utiliza mucho.

-¿Y las redes sociales? ¿Son accesibles?

-Sí, también las utilizamos mucho. No tienen el nivel de accesibilidad óptimo, pero van teniendo un nivel de accesibilidad bastante aceptable. Hoy todos estamos mucho más sometidos al sentido de la vista, porque vivimos rehenes de las pantallas de datos. Vamos a Correos y tenemos pantallas, vamos al ambulatorio y tenemos la información en una pantalla. Nos vamos haciendo rehenes de las pantallas de datos y hay quien se puede soltar las cadenas, cuando ve, y quien no se puede soltar las cadenas, como es nuestro caso, que tenemos que recurrir a terceras personas. La gran dificultad está en no hacer las cosas accesibles desde el principio, no pensar o no cumplir la exigencia legal de accesibilidad.

josé ángel abraldes director del centro de recursos educativos de la ONCE en pontevedra

«Vivimos rehenes de las pantallas de datos y a veces tenemos que recurrir a terceras personas»

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