Padres de Lalín no llevan a sus hijos al colegio para que trasladen a otro niño

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

El escolar tiene necesidades especiales y los padres se quejan de que molesta en clase

15 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Padres de alumnos del colegio público Manuel Rivero, de Lalín, optaron por no llevar a sus hijos a clase un par de días como medida de presión en un intento de que Educación tomase medidas ante la escolarización en esa aula de un niño con necesidades especiales. Los progenitores se quejan del comportamiento del alumno, que cursa tercero de Primaria, y las interrupciones constantes. Consideran que la situación es insostenible y demandaron a la consellería que tome cartas en el asunto estudiando el traslado del escolar a un centro especial, adecuado a sus necesidades.

El pequeño, que tiene problemas de conducta, cuenta con atención específica por parte de la Consellería de Educación, que le asignó una cuidadora. Esta se encarga de estar en todo momento con el niño en el aula donde está integrado. Las medidas de presión, que trascendieron ahora, fueron llevadas a cabo hace unos días, y fueron secundadas por la gran mayoría de los padres de alumnos, no por todos. En el colegio, este comportamiento no pasó desapercibido y está generando todo tipo de comentarios, a favor y en contra.

Unos defienden el derecho del niño a estar escolarizado en el centro lalinense y al entender que trasladarlo a otro colegio no arregla nada sino que, como apuntaba ayer algún padre, supondría simplemente quitarse de encima la situación para pasársela a otro centro. Otros consideran que el comportamiento del escolar complica el desarrollo normal de las clases en el aula y consideran que es una situación delicada. El inspector de Educación ya se desplazó al colegio lalinense y mantuvo un encuentro con las progenitoras que decidieron visibilizar sus demandas.

Desde Educación se apunta que se está estudiando el caso y se recuerda que «a Consellería debe velar por unha escola inclusiva dentro da diversidade do alumnado, tal e como demanda a lei». Una integración que, en este caso, choca con las quejas de un nutrido grupo de madres de otros alumnos de la clase, en la que cursan sus estudios unos veinticinco estudiantes.

Por parte de la consellería se recuerda que cualquier cambio de centro educativo «debe contar co informe favorable da orientación do centro, dos equipos de orientación específica e co consentimento dos pais do alumno afectado».

Por el momento desde la Xunta no se tomó ninguna decisión al respecto, a la espera de acabar del estudio del caso que está llevando a cabo la inspección educativa. Una situación en la que tendrán también algo que decir los padres del niño afectado.

Desde la asociación de padres de alumnos se considera que es al centro y a Educación a quien compete la resolución de este tema, al tratarse de una situación exclusivamente docente.

En este caso tendrán que ser, como apuntaba Educación, los orientadores del centro y los equipos de orientación específica, y por supuesto, los padres del niño, los que resuelvan salvaguardando los derechos del escolar. Luchar por la integración debería ser siempre una prioridad en casos como este.