Se tiró por una ventana tras intentar matar a su expareja, que se encuentra fuera de peligro
04 dic 2015 . Actualizado a las 16:45 h.El hombre que se suicidó anoche en A Coruña tras supuestamente intentar matar a su expareja tenía una orden de alejamiento de la mujer. Así lo confirmó hoy el delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, después de la celebración de los actos de conmemoración del día de la Constitución.
«Onte pola noite houbo un intento de homicidio por parte dun señor á súa exparella», explicó el delegado, quien contó que el hombre esperó a la mujer en un domicilio «onde ela ía cuidar un ancián». Villanueva relató que la mujer llegó y el hombre la agredió «e antes da chegada da policía tirouse pola ventá». Añadió que la mujer sufrió un corte superficial y se encuentra fuera de peligro.
El delegado del Gobierno negó que fallasen las medidas de prevención y recordó que «o mecanismo de resposta funcionou perfectamente». Recordó que la Policía Nacional llegó inmediatamente. «Non fallou nada», dijo antes de explicar que la orden de alejamiento tiene que cumplirla el supuesto agresor, «que non se pode achegar á víctima».
Los hechos ocurrieron poco antes de las nueve y media de la noche de este jueves en el número 181 de la avenida de los Caídos. A esa hora, la mujer atacada entraba todos los días a cuidar a un nonagenario. Ayer, se cruzó en la puerta con un vecino que descargaba unos paquetes y le aguantó la puerta del portal para facilitarle el acceso. Eso le salvó la vida. Juntos, subieron en el ascensor y este vecino fue el que alertó al resto del bloque del intento de asesinato. «Nada más cerrar la puerta, ya oí un golpe y empecé a escuchar gritos. Enseguida me puse a aporrear la puerta y a pedir ayuda. Otros vecinos salieron y me ayudaron, unos aporreando la puerta y otros llamando a la policía. Dentro solo se oían gritos y golpes. Fueron momentos durísimos», relataba este vecino del piso contiguo aún asustado por el suceso.
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía se personaron en el lugar de los hechos en escasos minutos. Tiraron la puerta abajo y ya apenas pudieron ver al agresor. «Se ha tirado, se ha tirado», se oía gritar dentro de la vivienda tanto a la expareja del homicida frustrado como al anciano.