Feijoo cita a Zapatero para defender la gestión de Rajoy a las puertas del 20D

GALICIA

Bibiana Villaverde

Dice que el Gobierno central evitó el «desplome» de las pensiones y los «corralitos»

03 dic 2015 . Actualizado a las 08:07 h.

Zapatero tuvo durante años plaza fija en el Parlamento gallego. Su nombre y su gestión fueron aludidos de forma machacona en los debates, sobre todo por parte de los miembros del Gobierno gallego, que utilizaron a la Administración socialista de parapeto hasta que su recuerdo se fue desvaneciendo con las referencias cada vez más insistentes a su sucesor en la Moncloa. No obstante, Zapatero volvió. Lo hizo en vísperas del arranque de la campaña electoral del 20D de la mano de Feijoo, que ayer rescató el recuerdo del volantazo político de mayo del 2010, los tiempos de la deuda pública galopante y las cifras de los más de cinco millones de parados para defender, en contraposición, el legado que deja Mariano Rajoy.

El presidente de la Xunta empleó un tono marcadamente electoral en la última sesión de control celebrada en O Hórreo antes del inicio de la campaña, a la que acudieron los grupos de la oposición decididos a afear la gestión del PP tanto en Madrid como en Galicia, en asuntos como su política económica, los traspasos de competencias o la gestión sanitaria. El portavoz del PSdeG, Méndez Romeu, acusó a los populares de montar «unha especie de tómbola navideña» para ganar el favor del electorado con rebajar fiscales o cheques bebés, cundo al Unión Europea, dijo, está reclamándole a España que haga más ajustes. Desde el BNG, Jorquera agitó el fantasma del «agravio» de Madrid a Galicia con el naval o las cuotas pesqueras. «Os catro petroleiros faranse en Cádiz, e para nós, as migallas», denunció, mientras Yolanda Díaz, viceportavoz de AGE, culpó al Gobierno del PP de los «repagos» y de que no haya «unha sanidade para todo o mundo».

Feijoo no dudó en poner el retrovisor para rescatar el recuerdo de Zapatero con el fin de atacar al Gobierno del PSOE, y de paso al BNG por haber apoyado año tras año sus presupuestos. Bromeó con que para los socialistas puede resultar «algo exótico» el tener una estrategia económica, pero no para el PP, que desde el primer día apostó por el ajuste fiscal, contener el gasto público y cumplir los objetivos de déficit. «Cando goberna o Partido Socialista afunde a economía», le espetó el líder del PPdeG a Méndez Romeu.

Ante AGE defendió Feijoo la renovación de hospitales y, en el cara a cara con Jorquera, reivindicó la línea mantenida por el PP sobre el modelo territorial. Dijo que «vale a pena seguir apoiando a este Goberno», el de Rajoy, «porque cree na igualdade dos galegos e dos cataláns e non acepta rupturas constitucionais». Es más, Feijoo consideró su gestión capital para evitar el «rescate» de los ciudadanos gallegos, el «desplome» de las pensiones o el «corralito» de los bancos.

Beiras se desmarca del voto de su «número dos» en AGE

No es la primera vez que Xosé Manuel Beiras rompe con la disciplina de voto autoimpuesta por su propio grupo parlamentario, Alternativa Galega de Esquerda (AGE), el que él dirige en calidad de portavoz. Pero esta vez su desmarque tuvo si cabe mayor impacto, no solo porque se trataba de una iniciativa en la que se pedía el cierre de la planta de Reganosa, en la ría de Ferrol, sino porque la petición la defendió directamente su número dos en AGE, Yolanda Díaz, que a la vez es coordinadora xeral de Esquerda Unida y ocupa la segunda posición de la candidatura En Marea por la provincia de A Coruña.

En su iniciativa, la viceportavoz de Alternativa defendió el cierre de la planta de Reganosa por entender que vulnera la normativa sobre «distancia mínima» de los núcleos de población.

Las demás fuerzas políticas acogieron esta demanda a regañadientes. Noela Blanco (PSOE) dijo que Reganosa cumple una «función estratéxica» para la industria gallega, calificativo que también utilizó Ana Pontón (BNG). «Nada é ilegal nin antirreglamentario», argumentó a su vez Hipólito Fariña, desde el PP, en tanto Consuelo Martínez (grupo Mixto), defendió una enmienda apostando por la «reubicación» de la planta en la zona del puerto exterior, que no fue aceptada por AGE.

Así las cosas, el PP utilizó su mayoría para tumbar la petición de Díaz, de la que se desmarcaron el PSOE, el BNG y Consuelo Martínez con su abstención. AGE se quedó solo apretando el botón verde, pero ni siquiera logró la unanimidad en sus filas, pues Beiras, que estaba en el hemiciclo, decidió desmarcarse de su número dos y no votar.