Lugo y Monforte, un poco más cerca

Alberto López
Alberto López MONFORTE / LA VOZ

GALICIA

El viaducto de Noceda permite salvar una zona de peligrosas curvas en las que se registraron decenas de accidentes.
El viaducto de Noceda permite salvar una zona de peligrosas curvas en las que se registraron decenas de accidentes. ALBERTO LÓPEZ

El corredor que une las principales ciudades de la provincia reduce alrededor de 20 minutos el viaje

01 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Lugo y Monforte están unidos por fin mediante una vía de alta capacidad. No por la autovía proyectada inicialmente, sino por un corredor, y cuatro años más tarde de lo previsto. En todo caso, la reciente apertura del nuevo vial al completo permite ahorrar un mínimo de 20 minutos en el recorrido entre las dos principales localidades de la provincia lucense. En concreto, y según el recorrido realizado por La Voz, se ahorran 19.

Esta cifra obviamente puede variar arriba o abajo en función de la meteorología y del tráfico, pero en condiciones normales se puede llegar de Lugo a Monforte -y viceversa- en menos de cuarenta minutos por el nuevo corredor CG-2.2, que es la denominación que le ha dado la Xunta. Por la antigua carretera LU-546 resulta complicado conseguirlo en menos de una hora. Hay que atravesar poblaciones como Bóveda, Rubián y Oural, donde la velocidad está limitada a cincuenta kilómetros por hora, y hay que entrar en Sarria, donde los vehículos se ven sometidos al tráfico y los semáforos de las calles Benigno Quiroga y Matías López.

Lugo y Monforte están separadas por 62 kilómetros y la limitación genérica de velocidad en el corredor es de cien kilómetros por hora. Si tiramos de regla de tres la teoría dice que debería llevarnos 37 minutos. A La Voz le llevó un par de minutos más, 39. Pero para los que solo usen la nueva vía desde Nadela -que es donde empieza oficialmente el corredor- el trayecto se queda en 35 minutos. Un paseo.

Mejor que la N-540

Estas cifras suponen una gran mejoría no solo para los que a diario cubren este recorrido, sino también para los que viajan a Ourense. Por la mal conservada N-540 el trayecto se cubre en una hora y veinte minutos. Aunque por el corredor se hace algún kilómetro más, el tiempo de viaje baja en cinco minutos y durante todo el trayecto el asfalto está en perfectas condiciones. A su vez, los monfortinos se ponen a poco más de hora y media de las playas de A Coruña, lo que hará que el próximo verano alguno cambie Samil o Praia América por Perbes o Miño.

Pero el ahorro de tiempo no es la única ventaja del nuevo corredor frente a la LU-546. Pasan a la historia las intersecciones perpendiculares -como la de Bóveda, en el enlace con la LU-652 hacia A Pobra do Brollón-. Todos los accesos y salidas al corredor tienen su respectivo carril de aceleración y deceleración, lo que aumenta la seguridad. El vallado de la vía para evitar la entrada de animales salvajes también contribuye a hacer el viaje más tranquilo.

Y para los que pudieran colarse, los últimos tramos en abrirse al trafico, entre Oural y Monforte, cuentan con rampas por las cuales los animales pueden salir.

El último tramo abierto del corredor cuenta con rampas de salida para los animales salvajes que hayan logrado acceder a la calzada.
El último tramo abierto del corredor cuenta con rampas de salida para los animales salvajes que hayan logrado acceder a la calzada. ALBERTO LÓPEZ

El estado impecable del asfalto y la nueva señalización contribuyen también a mejorar las condiciones de circulación en zonas como Monforte o Láncara, donde la espesa niebla es pan nuestro de cada día cuando llega el invierno. Si a todo esto le unimos que la nueva vía salva zonas en las que por la orografía del trazado la circulación resultaba ciertamente complicada y peligrosa -como las curvas de Noceda, en O Incio, o las de Balmao, en Sarria- no queda otra que reconocer que los 135 millones de euros que, según el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, ha costado la obra en su totalidad han merecido la pena, aunque no se trate de la prometida autovía.

La combinación de tráfico pesado y falta de zonas de adelantamiento es el principal problema de la nueva vía entre Sarria y Lugo.
La combinación de tráfico pesado y falta de zonas de adelantamiento es el principal problema de la nueva vía entre Sarria y Lugo. ALBERTO LOPEZ

Pero como toda obra, el corredor CG-2.2 también tiene sus pegas. La principal, sin lugar a duda, es la dificultad para adelantar. En el tramo recientemente abierto hay largas rectas de línea discontinua, e incluso carril de adelantamiento en la subida al alto de Oural. Pero en el trayecto entre Lugo y Sarria la cosa cambia.

Peor con niebla

En los momentos de mayor intensidad de tráfico, no es extraño encontrarse con largas colas de coches detrás del camión de turno. Una circunstancia que se complica en días como los de ayer, en los que la niebla era tan espesa que no aconsejaba aventurarse a cruzar al otro carril cuando llega la línea discontinua.