«El voto a Ciudadanos puede servir para hacer vicepresidente a Pablo Iglesias»
22 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Secretario xeral del PPdeG y vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda (Pontevedra, 1968) espera que Feijoo opte a un tercer mandato en el 2016. A corto plazo, ve a su partido obteniendo al menos 12 de los 23 escaños que hay en juego en Galicia el 20D.
-Viendo la evolución de su voto, de las autonómicas a las europeas y luego a las municipales, ¿no se habrán venido muy arriba?
-No. Hay que ser siempre ambiciosos en los objetivos. De verdad, nos creemos que es una meta alcanzable y solo al alcance del PP. Conforme pasan los días, creo más que lo podemos conseguir.
-¿No lograr esos 12 escaños significaría que la «renovación de equipos, actitudes y políticas» en la que llevan medio año embarcados no sirve para nada?
-No, estoy convencido de que sí sirve. Simplemente, significaría que todavía tenemos que explicarla más, que perseverar en ella.
-¿Y usted? ¿Por qué se ha borrado de la dirección de campaña esta vez? ¿No quería comerse otro marrón en la noche electoral?
-No, yo estoy colaborando en la dirección, esto es un equipo. Y creo que es bueno, como tenemos mucha y buena cantera, que se encargue otro compañero. Yo ya llevaba bastantes campañas y esto tampoco quiere decir que no vaya a llevar más en el futuro.
-En el presente, enfrente está el PSOE. ¿Cómo lo ve de fuerte?
-En Galicia lo veo con los muchísimos problemas que ya conoce todo el mundo.
-¿Qué es Besteiro ahora para ustedes: un rival potente, un moribundo o ya un cadáver político?
-Besteiro es un señor con muchos problemas dentro de su partido, sin entrar ya en su complicada situación judicial. Sinceramente, hoy no es un líder sólido.
-¿Y al BNG? ¿Qué tal le irá el 20D con su nueva marca, Nós?
-El solo hecho de que no vayan a las elecciones con su marca es muy sintomático de que ellos mismos muy fuertes no se ven.
-¿Temen que En Marea logre seguir capitalizando el descontento visto en las municipales?
-Por lo que vamos sabiendo de encuestas, donde peor resultado puede tener esa coalición es allí donde gobiernan las mareas: en A Coruña, donde tienen las tres ciudades. Se está cumpliendo lo que muchos pensábamos: conforme se les va conociendo, la gente se está dando cuenta ya de que están haciendo justamente lo contrario de lo prometido.
-Queda Ciudadanos. Ustedes suelen plantear sus campañas como un «el PP o el caos» y luego se dedican a zumbar a discreción a todos. Esta vez tendrá que ser algo distinto, ¿no? ¿O van a desacreditar por completo a alguien con el que probablemente el día 21 necesiten sentarse a pactar?
-Sin duda, el escenario es distinto. Hay más partidos con posibilidades de obtener escaños, por eso reivindico como más meritorio aún nuestro objetivo de la mayoría absoluta. Respecto a Ciudadanos, nuestro mensaje es claro, sincero y real: toda esa gente que ha apoyado al PP tradicionalmente y hoy puede estar pensando en hacerlo a Ciudadanos tiene que tener muy presente que ese voto puede servir para hacer presidente a Pedro Sánchez y vicepresidente a Pablo Iglesias.
-¿De verdad se creen eso?
-Es que el señor Rivera no lo aclara. Y a esto se añade en Galicia que ni siquiera conocemos a sus candidatos. Es más, en Pontevedra han terminado presentando a uno después de previamente haber anunciado a otros dos.
-¿En Ourense qué temen más: a los oponentes o a ustedes mismos, al impacto del caso Baltar?
-A los oponentes, sin duda.
-¿El caso no resta votos?
-Evidentemente, es un asunto que él mismo ha dicho que no es agradable, pero no puede ser que eso influya en todo lo demás.
-¿Le parece un tema personal?
-El propio afectado lo ha calificado así, yo poco más voy a decir.
-¿De veras es una cuestión personal insinuar que se pueden alterar notas de una oposición?
-Él ha dado su opinión, lo ha desmentido, ha dicho que va a emprender acciones legales...
-Sí, pero los audios están ahí...
-Sí, bueno. Pero el propio Baltar ha dicho que no es un asunto agradable, y yo estoy de acuerdo. Actuaremos en consecuencia.
-¿Seguro que no les temblará la mano, llegado el caso?
-El PP ha demostrado ser siempre coherente con lo que anuncia que va a hacer. Como dice, en este momento no ha llegado el caso.
-En sus listas electorales sorprende la inclusión de la presidenta del Parlamento gallego. ¿Pidió ella figurar ahí, se lo pidió Feijoo, tal vez Rajoy...?
-Ir en una lista siempre es algo voluntario. Si Pilar Rojo no quisiera estar ahí, no estaría.
-¿Pero de quién partió la idea?
-Se lo tiene que preguntar a ella.
-¿Acaso lo desconoce?
-Evidentemente, ella está cómoda estando en las listas.
-Si resulta elegida congresista, en enero tendrán que promover a un nuevo presidente para la Cámara. Mira al banquillo y ve...
-Pues veo a dos o tres personas que lo podrían hacer muy bien.
-Tal vez Marta Rodríguez Arias...
-Permítame que ahora mismo no dé nombres, es pronto.
-También pasadas las elecciones, Feijoo aclarará si va a optar o no a un tercer mandato. ¿De qué dependerá su decisión?
-En primer lugar y sobre todo, de él mismo, porque es una decisión personal. Si me pregunta opinión, le diré que, sin ninguna duda, no vamos a encontrar un mejor candidato que él.
-Pocos lo conocen mejor que usted. ¿Qué cree que va a hacer?
-No se lo puedo decir con seguridad. Como mucho, lo que puedo hacer es decirle lo que me gustaría a mí, y es que volviera a ser el candidato, sinceramente.
-¿Si se va Feijoo, se va Rueda?
-[Riendo] Vamos a ver lo que hace Feijoo primero...
-Para haber elaborado usted la nueva ley de transparencia, vicepresidente, es bastante opaco...
-Bueno, él fue quien me propuso entrar en política como número dos del partido y mi futuro siempre ha estado ligado al de él. Por tanto, para hacer cualquier cosa, lo hablaría con él antes.
-Hay quien ha visto en la emergencia de José Manuel Rey el síntoma de que su delfinato atraviesa horas bajas...
-Eso que dice del delfinato es muy discutible. Y esa emergencia lo único que indica es que tenemos gente muy buena. José Manuel Rey es un perfecto ejemplo, probablemente el mejor, de que aquí hay mucha cantera para hacerse cargo de muchas cosas.
-¿Puede garantizar que, pase lo que pase el 20D, las autonómicas serán en octubre, que el resultado de las generales no determinará la fecha de las gallegas?
-Todo influye, pero nuestras previsiones son tener todo el año que viene para seguir desarrollando nuestra política. A día de hoy, no hay nada que indique que vayan a ser en otra fecha. Además, en el partido ya hemos marcado nuestros congresos provinciales, el autonómico alrededor de abril... Ya hemos dado una serie de pistas de lo que puede pasar en los siguientes meses.
-Otra guerra bien distinta: ¿tiene España que ir a la de Siria?
-Me hace usted una pregunta complicadísima...
-Va a tener razón el PSOE cuando dice que en este asunto pecan ustedes de indefinición...
-Es que, para asuntos de tantísima trascendencia como este, están los organismos internacionales.
-O sea, intervenir militarmente si y solo si hay aval de la ONU.
-Bueno, no sé si la ONU u otros organismos internacionales. Pero ese es el foro para decidirlo.
-¿Cómo acabará lo de Cataluña?
-Yo no tengo ninguna duda de que España es una e indivisible. Por lo tanto, las pretensiones de independencia son totalmente inviables. Y, si algunos catalanes no lo entienden de una manera, habrá que hacérselo entender de otras que el ordenamiento jurídico permite. Cataluña tiene que acabar como está ahora: formando parte de España.
-Es decir, es partidario de intervenir la autonomía.
-Soy partidario de lo que está haciendo Mariano Rajoy, echando mano de las posibilidades jurídicas conforme la situación avanza. Me parece muy bien.
-¿Se debe hacer campaña con Cataluña y el yihadismo?
-En campaña hay que hablar de, como dice Rajoy, las cosas que le importan a la gente. Y estos dos, particularmente el de la amenaza terrorista, son temas que preocupan mucho a muchísima gente. Por tanto, de ellos sí hay que hablar, para que la gente se manifieste claramente sobre lo que piensa. Ya hemos visto varias opiniones al respecto, algunas muy desafortunadas a mi entender, como la de Pablo Iglesias diciendo como que la amenaza terrorista fuera algo casi que hubiera que equiparar a la situación del mundo democrático.