El «beirismo» se apea de la marea

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Ed Carosía

El sector irmandiño que siguió a Beiras en la escisión del BNG fue el gran derrotado en las listas, al tomar la FPG el control interno dentro de Anova

22 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En las primeras elecciones de la democracia, las legislativas de 1977, la izquierda y el nacionalismo gallego acudieron divididos a las urnas y, como diría Iglesias Corral, «pasou o que pasou». Ocurrió que el PSG de Xosé Manuel Beiras se estrelló contra la barrera del 3 %, con poco más de 27.000 votos; que también se estrelló la todavía ilegalizada UPG, con los 22.700 votos del BN-PG; y que el PCG de Galicia de Santiago Álvarez se quedó en la marginalidad al no aportar ninguno de los 20 escaños obtenidos por Santiago Carrillo. Aquellos comicios permitieron que el PSOE se nutriera de la descomposición del PSG y de los fichajes de pexegos para asentarse en Galicia, lo que hundió a Beiras «nunha grave crise que o mantería apartado da vida pública uns tres anos», escribió el historiador Justo Beramendi en el libro-homenaje Á beira de Beiras, aparecido en el 2011.

Lo ocurrido por entonces regresó estos días a la memoria del veterano líder de Anova. El diario electrónico Público pulsó su opinión sobre el cuarenta aniversario de la muerte del general Franco y Xosé Manuel Beiras relató que estaba viviendo «otra vez» lo acontecido entre 1975 y 1978, es decir, un nuevo «fracaso» de la izquierda, contra el que ya previno con varias advertencias y llamadas a la unidad. «Parece que va a pasar lo mismo», sostuvo.

Y en parte así es. La UPG, con la lista Nós, y el PCG, camuflado en la plataforma En Marea, acuden separados a las urnas. Como en 1977. Y el nacionalismo de factura socialdemócrata que representó el PSG, el beirismo, fue despojado de todo protagonismo para las elecciones del 20D. Y no solo porque Beiras no lidere simbólicamente la coalición formada por Podemos, EU y Anova, que era su principal garantía de éxito, sino porque las referencias beiristas fueron podadas debidamente de las posiciones destacadas, a excepción de la coartada que representa Miguel Anxo Fernán Vello, cabeza de lista al Congreso por Lugo, donde la coalición tripartita En Marea tiene posibilidades muy limitadas de obtener representación.

En paralelo a las listas, en el seno de Anova se dirimió un pulso encubierto por el control del partido de Beiras que lo ganó Frente Popular Galega (FPG). No solo lograron tumbar la principal baza de los beiristas, o antiguos irmandiños, por la provincia de A Coruña, el compostelano Xosé Constenla, sino que colocaron a dos activos de la FPG al frente de las listas de Pontevedra, y en el caso del escritor Méndez Ferrín -como ocurrió también con la número dos por A Coruña, Yolanda Díaz- sin que ninguno de ellos concurriera a proceso de primarias alguno.

Y algo parecido ocurrió en Ourense, donde los beiristas, que concurrieron a las municipales de mayo como Anova, fueron descabezados de la lista en favor del factótum de Ourense en Común, de David Bruzos. «Cúpulas de organizacións vellas e novas que fan o de sempre: amañar as candidaturas», protestó hace unos días en su cuenta de Twitter Iolanda Pérez Docampo, que fuera responsable de organización y número tres de Anova.

El pulmón de la cooperativa

Lo ocurrido en Ourense pone de relieve que la organización más beneficiada en el proceso de elaboración de las candidaturas no fue Podemos, ni Esquerda Unida, ni por supuesto Anova. En realidad es una cooperativa de urbanismo, denominada Hábitat Social, de la que forman parte seis personas. Pues bien, esta firma se ha convertido en el verdadero pulmón de En Marea, como también fue un activo muy importante para el impulso de Marea Atlántica. De hecho, dos de seis cooperativistas son cabezas de lista al Congreso de la coalición. Se trata de Antón Gómez-Reino, número uno por A Coruña, y de David Bruzos, que asume el mismo papel por Ourense.

En las fuerzas que integran la coalición tripartita En Marea hay muchas personas atentas al reparto de papeles y al baile de sillas. La sensación que dejó el fracaso de la candidatura unitaria gallega no es buena, y no hay más que escuchar a Beiras. Toca ahora rumiar la decepción que se ha sembrado a las puertas del arranque de la campaña y los desplantes de Compromiso por Galicia, Lugonovo o Cerna, entre otros. Aún así, en la marea huelen a escaños. Pero hasta Pablo Iglesias, al aparcar su reforma constitucional, parece dar por sentado que no serán alternativa.