Caso Asunta: Lo que la sentencia no pudo contar

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

lavandeira jr | EFE

El relato de los hechos probados no ha logrado esclarecer completamente cómo fue Alfonso Basterra al chalé de Teo ni cómo se deshicieron del cadáver de Asunta

14 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La sentencia que condena a 18 años de cárcel a Rosario Porto y Alfonso Basterra por el asesinato de su hija Asunta es contundente. Está bien armada y relata de manera elocuente cómo fue el crimen que más ha conmocionado a Galicia. Desde el punto de vista jurídico, las defensas tendrán un arduo trabajo a la hora de redactar sus recursos. Sin embargo, y aunque no tengan una repercusión sobre la calificación del delito y el veredicto de culpabilidad, es cierto que el fallo no ha podido narrar algunos de los puntos del crimen que, por la repercusión mediática que ha suscitado el caso, siguen desatando preguntas que muy probablemente ya no tendrán respuesta.

Las sedaciones

¿Por qué estuvieron tres meses drogando a Asunta? Si hay algo que ha quedado muy acreditado en la sentencia es que Rosario Porto y Alfonso Basterra drogaron durante al menos tres meses a su hija con un medicamento que contiene un sedante, el lorazepam. No hay duda de que fue el padre el que adquirió hasta 125 pastillas y tampoco de que cuando las compró su exmujer no tenía recetado el Orfidal. Está también perfectamente relatado como en al menos tres ocasiones la pequeña acudió a clases de música totalmente drogada. Lo cuentan sus profesoras, cuyos testimonios además describen la preocupación y angustia que los «polvos blancos» que la pequeña decía que le daban sus padres le ocasionaban porque no paraba de dormir. También se ha demostrado que ambos mintieron diciendo que su hija tenía alergia y que eran los antihistamínicos que tomaba los que le provocaban esos efectos. El análisis del pelo demostró que Asunta tomó lorazepam en esos tres meses, pero no antihistamínicos. Es decir, ambos sabían lo que estaba pasando. La cuestión para la que no hay respuesta en el fallo es por qué lo hacían. ¿Para qué la drogaban? La investigación habló en su momento de que fueron otros intentos fallidos de asesinato o de que estaban ensayando la dosis que debían darle, pero no hay ningún dato que pueda poner luz al porqué de las sedaciones previas a la muerte.

El viaje a Teo

¿Iba o no Basterra en el coche con Rosario Porto y la niña? Esta es la cuestión que más controversia ha suscitado. El jurado no dijo en su veredicto que el padre de la niña iba también en el coche que conducía la madre y en el que llevó a Asunta al chalé de Teo para asesinarla. Lo que señalaron es que no descartaban esa posibilidad. Y es, en pura lógica, algo probable. El fallo señala que Rosario Porto y Alfonso Basterra idearon y ejecutaron un plan conjunto para matar a su hija. Un plan que comienza con las sedaciones previas y que continua con la comida en casa del padre en la que le suministran una dosis tóxica de lorazepam para drogarla y después asfixiarla. La acción se detiene cuando la pequeña sale del piso del padre y la madre hace lo propio y va a buscar el coche para recoger después a la niña. Basterra dice que se queda en casa, pero miente. Su coartada se viene abajo porque una chica que iba a clases de francés con Asunta los ve en la calle República del Salvador, subiendo desde la calle en la que la madre tiene el garaje -Xeneral Pardiñas- hacia donde vivían -Doutor Teixeiro-. Basterra no dice la verdad sobre un aspecto esencial de los hechos. Oculta dónde estaba en ese momento. De ahí que el jurado y también la sentencia lleguen a la conclusión lógica de que, siguiendo el plan en el que siempre estuvieron los dos juntos, él también se subió a ese coche y estuvo en el chalé en el que ejecutaron a la pequeña. Es cierto que no hay una prueba directa que lo sitúe en el coche, pero tampoco él pudo acreditar que estuviera en su casa leyendo un libro, como dijo. Es más, gracias al testimonio de la compañera de clases de francés de Asunta, se considera probado que faltó a la verdad y, por tanto, se da más verosimilitud a la opción que es más probable: que ambos acusados iniciaron y culminaron juntos el plan de asesinato.

La pista

¿Cómo y cuándo dejaron el cadáver en la pista? Esta cuestión ni siquiera fue abordada en el veredicto ni tampoco en la sentencia. El porqué de esta omisión es sencillo. En derecho, si se ha probado un asesinato, la respuesta a cómo los autores se deshacen del cadáver es irrelevante. El delito está extinguido, porque tirar el cadáver en la cuneta de una pista forestal no es en sí una acción punible, solo lo es el haber acabado antes con la vida de la víctima. No obstante, esta es una parte del plan conjunto para matar a Asunta que está poco clara. Pasadas las 20 horas, un vecino vio a Porto saliendo del chalé con su coche, pero iba sola. ¿Iba ya la niña dentro del vehículo? ¿Ejecutó la madre sola esta última parte del crimen? No es posible saberlo.