18 autoescuelas ofrecen este servicio, pero un cambio en las concesiones de la DGT dará a Galicia 11 centros más a pesar del descenso en la demanda
20 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El pastel que representan los cursos de recuperación de puntos del carné de conducir se repartirá, a partir del 2016, entre más beneficiarios que nunca. El monopolio que ostenta la Confederación Nacional de Autoescuelas Españolas (CNAE) finaliza tras haber facturado cerca de 18 millones de euros en 9 años. Ahora, empresas como Pons Seguridad Vial, que gestionará los centros de formación en Galicia durante al menos tres años, entran en un mercado en el que la DGT plantea ampliar unos horizontes que discurren paralelos a la pérdida de usuarios que deciden apuntarse a estos cursos.
En la actualidad, Galicia cuenta con 18 autoescuelas que desde el 2007 -año en la que obtuvieron la licitación para ofrecer estas clases- forman a sus alumnos para que puedan recuperar los puntos perdidos tras cometer una infracción. A partir del mes de febrero, la comunidad gallega verá cómo el número de centros con licitación para impartir estos cursos aumenta notablemente, concretamente con 9 centros más que se repartirán por la geografía gallega. Otro añadido: hasta ahora solo las autoescuelas han podido participar de este negocio, pero con la pérdida del monopolio de CNAE, otros centros de formación vial podrán dar cobertura a estos conductores ávidos de puntos.
Asimismo, conseguir el máximo de 12 puntos que se pueden adquirir acudiendo a estas clases cuesta, en la actualidad 210,82 euros si el conductor realiza el curso parcial de recuperación de puntos, y 396,87 euros en el caso de que al infractor le hayan sido retirados todos los puntos. Tras la resolución del nuevo concurso, los precios establecidos se modifican en pro de que la demanda de los cursos siga el camino de la oferta: a partir del próximo año estas clases costarán 174,93 y 329,30 euros respectivamente.
Si al conductor no le han sido detraídos todos los puntos, para recuperarlos son necesarias 12 horas de clase y no hará falta presentarse a ninguna prueba. En cambio, si uno necesita la totalidad de los puntos la cosa cambia: además de duplicarse el número de horas que hacen falta para pasar el curso, es expresamente necesario realizar una prueba, que irá en función del perfil de cada conductor, es decir, incidirá en la infracción que ha provocado que este conductor no disponga de ningún punto.
El 80 % no son profesionales
Tras la llegada del carné por puntos en el 2007 se produjo un bum de conductores que acudían a los centros de recuperación para conseguir la docena de puntos máxima que se puede obtener en estos cursos -la excelencia de los 15 se reserva para conductores que al cabo de seis años hayan mantenido sus puntos intactos-. Sin embargo, el auge de la novedad sumado a los años de crisis y al descenso en el número de infracciones cometidas, fomentaron que las autoescuelas vieran cómo el número de alumnos caía en picado, llegando a contar, a día de hoy, con menos de la mitad de conductores que hace un lustro.
Lo que apenas ha variado a pesar de este descenso numérico, es el perfil de conductor que pierde puntos y, por ende, realiza estas formaciones. Un estudio del Instituto de Investigación de Tránsito y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia ha revelado que, en Galicia, tan solo una mujer por cada diez hombres asiste a estos cursos, más de la mitad de estos usuarios son personas no profesionales y las principales infracciones cometidas por estos conductores son el consumo de alcohol y el exceso de velocidad.
«Muchos esperan a agotar sus puntos para apuntarse»
Una pequeña alegría todos los meses. Así es como vive Tino Blanco, gerente de la autoescuela Norte, en Cee los ingresos que le proporcionan los cursos de recuperación de puntos que lleva ofreciendo desde el 2007. Y eso que no hay color entre el número de conductores que pasan por sus aulas desde unos años a esta parte. «Cuando empezamos teníamos colas de gente que quería apuntarse a estos cursos, ahora nada que ver. Sobre todo desde hace dos años, que empezó a caer en picado la demanda de estas formaciones». Aunque le gustaría continuar impartiendo estos cursos asegura que está complicado con la empresa Pons a la cabeza: «Cuando se realizó el concurso para la licitación de los centros, la CNAE perdió el monopolio y aparecieron cinco adjudicatarias. El problema es que nosotros firmamos con CNAE que iríamos con ellos como centro, así que si sale Pons como adjudicataria de Galicia nos quedamos sin dar estas clases.». Pero Blanco no se lamenta: «Nadie se puede quejar porque sabíamos que esta concesión era renovable».
Ahora, con la liberalización de este negocio, habrá en Galicia once centros más e incluso, según avanzan fuentes de Pons, puede que la DGT instale otros cuatro. La demanda cae y la oferta aumenta. «Es que hay muchos conductores que no saben que existen los exámenes parciales, entonces esperan a agotar todos los puntos y ahí se preocupan de ver qué hay que hacer. No tiene sentido dejar de conducir por algo que en la mayoría de los casos se puede remediar antes», explica Blanco.