El móvil de que les estorbaba y por eso mataron a Asunta se tambalea

GALICIA

Todos los testigos cercanos a los acusados coinciden en describir a unos padres que se desvivían por su hija

11 oct 2015 . Actualizado a las 15:01 h.

Los condenados suelen llevarse secretos a la tumba. Secretos como catedrales. No se sabe aún si Rosario y Alfonso serán declarados culpables, pero si dentro de dos semanas lo son, es muy probable que nunca se conozca el móvil, los motivos que los llevaron a asesinar a una hija que, según lo manifestado por todos los allegados a la familia, era muy querida y mimada.

Las acusaciones dijeron desde el principio que la mataron porque ?les estorbaba?. Ese es el móvil que siempre se manejó. El por qué les estorbaba, no lo dicen. Ricardo Pérez Lama, que es el letrado de la acusación popular ejercida por la asociación Clara Campoamor, defiende la tesis de que la asesinaron «porque por alguna razón la niña no entraba en sus planes de futuro».

Tampoco es que importe la ausencia de un móvil para juzgar y condenar a alguien, explica el mismo abogado. No hace falta que el jurado tenga que demostrar la existencia de un motivo para declarar culpable al acusado. No obstante, las acusaciones van a mantenerse hasta el final en eso, en que ?les estorbaba?.

Tanto empeño pondrán en ello como las defensas en demostrar lo contrario. Lo llevan haciendo desde el principio del juicio y, por ahora, parece que llevan razón si nos atenemos a lo escuchado en la sala. Todos los que de alguna u otra manera estuvieron cerca de esa familia emplearon los más reconfortantes adjetivos que se le pueden decir a unos padres: «idílicos», «perfectos», «abnegados»... Eso no lo pudieron silenciar las acusaciones durante el juicio, que intentaron buscar tachones en su conducta como progenitores y no arañaron nada. La cuidadora de Asunta, como su madrina, dijeron que los padres se desvivían por ella. Elogios similares pronunciaron amigos y amigas de los acusados este pasado viernes.

Ese día, entre los testigos, estaba la mujer que había sido contratada por Rosario para reformar el piso de sus padres para convertirlo en oficina y vivienda. En él estaba proyectada una habitación a Asunta y otra para el piano. Con esta declaración quiso dejar claro Aranguren que si quisiera matar a su hija no haría planes de futuro con ella. Además, según dijo en su alegato, a su clienta le sobraba dinero para enviar interna a su hija todos los años, y no lo hizo. «Si le estorbara», lo hubiese hecho.