Afectados por el accidente ferroviario regresaron ayer a Santiago desde todas las esquinas de España. «Queremos justicia para poder descansar», clamaron
10 oct 2015 . Actualizado a las 08:50 h.A un solo golpe de vista de las ventanas de los despachos de los juzgados de Santiago había un sumario de carne y hueso. Más allá de los miles de folios de la causa, frente a las puertas del edificio judicial, las víctimas del Alvia mostraron ayer su indignación, su realidad, ahora agravada por un cierre de la instrucción que consideran prematuro y decepcionante. La realidad del calvario cotidiano con el que viven desde que el 24 de julio del 2013 muchos perdieran a sus hijos, a sus seres queridos.
Javier García Municio y Cristina Liras vinieron desde Segovia. Portaban una foto plastificada de su hijo Curro al lado de un hermoso pastor alemán. Era veterinario. Los padres del joven Manuel Sierra llegaron desde Valladolid. Y Marité Fernández viajó desde Ciudad Real para reunirse con todos ellos. Incluso cogió un AVE hasta Madrid, con todo lo que eso significa. Cristóbal González Rabadán, presidente de Apafas, vino desde Sevilla con su esposa para demostrar que las dos asociaciones de víctimas están ahora más unidas que nunca.
No hay que subestimar la fuerza de la gente. Vinieron desde todas las esquinas del país para mostrar su desacuerdo con el auto del juez Andrés Lago Louro. Y aunque algunos han perdido la esperanza en la Justicia, no se van a rendir. Abelardo e Irene llegaron desde A Coruña, mucho más cerca. Pero el viaje es muy largo. Regresan a la ciudad donde murió su único hijo. Eran un centenar de personas. Y son una piña, voluntariosa y tenaz, capaces de producir un documental sobre el accidente y lograr que se estrene, nada menos, en la Semana Internacional de Cine de Valladolid. Su director, Aitor Rei, estaba ayer allí con ellos.
Jesús Domínguez, presidente de la Plataforma Víctimas del Alvia 01455, resumió el sentir general en una sola frase. «Queremos verdad y justicia para poder descansar». Criticó que Ana Pastor pidiera perdón a los usuarios del AVE a Barcelona por los retrasos del jueves, «cuando las víctimas todavía estamos esperando las disculpas». Y anunció que recurrirán el auto y que denunciarán al Estado por publicidad engañosa cuando se inauguró la línea Ourense-Santiago. «El ADIF vendió que la línea era de alta velocidad y que contaba con los últimos sistemas de seguridad y conducción automática. Y no era así», dijo. La publicidad engañosa está tipificada en el Código Penal y creen que este es un caso flagrante.
Su hermano, Arturo Domínguez, otro de los portavoces de la plataforma, cuestionó que personas como Rafael Catalá, exsecretario de Estado de Fomento cuando ocurrió el accidente, fuera premiado con el cargo de ministro de Justicia. Entre las víctimas era ayer muy común aludir a una reciente entrevista televisiva al ministro, en la que dijo que todos los días se llamaba a las víctimas. «Llevamos dos años sin saber nada de él y la única vez que llamó fue a una compañera para presionarla para que no denunciase las deficiencias», alegaron. El asunto dio lugar, incluso, a alguna broma. Marité se apartó un momento del grupo con el que charlaba y dijo: «Perdonad, es que me llaman de Fomento».
Ana Pastor llama a respetar las decisiones judiciales
Poco después de la concentración de las víctimas, la ministra de Fomento, Ana Pastor, pidió en Vigo que se respeten «las decisiones de los tribunales», en alusión al cierre de la investigación judicial del accidente del Alvia. También aseguró que los afectados por el accidente tienen su «apoyo siempre».
Las víctimas estuvieron arropadas por el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, y por representantes del BNG como Ana Miranda, Ana Pontón o Rosana Pérez. También participaron en la concentración los diputados de AGE Antón Sánchez, Juan Fajardo y Eva Solla.
En la protesta hubo alusiones críticas a las declaraciones de Feijoo sobre el cierre de la instrucción. Dijo que la imputación solitaria al maquinista reflejaba el «sentir maioritario da sociedade». «El sentir mayoritario es la rabia y la vergüenza», reprocharon.