El juez archiva el caso y respalda los argumentos de los padres de Andrea

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Sostiene en su auto que el tratamiento inicial, manteniendo la nutrición, «podía calificarse como extraordinario y desproporcionado»

10 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El juez Roberto Soto, del juzgado número 6 de Santiago, asumió el caso de la pequeña Andrea cuando el servicio de pediatría pidió refrendar su plan terapéutico, y los padres solicitaron posteriormente la retirada de la alimentación artificial que recibía la niña a través de una sonda. Desde ese momento, la diligencia ha marcado todo el proceso. E incluso el auto con el que el magistrado archivó el proceso ayer aporta una claridad relevante a los últimos días de la menor.

El magistrado finaliza agradeciendo «la profesional y absoluta colaboración» del pediatra que fue responsable de la niña los últimos días, así como del jefe del servicio de pediatría del CHUS. También destaca «la extraordinaria entereza de los progenitores». No obstante, a lo largo del auto se cuestiona en algún momento la actuación del hospital. Lo hace el juez cuando el CHUS refiere las discrepancias entre los pediatras y la familia, y pide refrendar el tratamiento. Según el magistrado, la petición se hace indicando los motivos «sucintamente», y advirtiendo de la emisión del informe del comité de ética asistencial, «sin adjuntar no obstante el mismo».

Soto aprovecha en su escrito para respaldar la «extraordinaria profesionalidad, celeridad y laboriosidad», tanto de los profesionales del juzgado como del Imelga, «que dignifican el concepto de funcionario público».

Sobre las conclusiones, los informes de los médicos forenses del Imelga son claros. Sobre si la pequeña era una paciente con una enfermedad irreversible y terminal, «desde un punto de vista médico forense, consideramos que Andrea Lago está en situación de estado terminal». El juez hace referencia a la nueva ley gallega que entró en vigor en agosto, que no hace alusión a un criterio temporal en el término terminal, por lo que hay que adaptar el concepto a cada caso concreto.

Valorar la opinión de la madre

Sobre la segunda cuestión, si es adecuado el plan terapéutico que hasta el lunes mantenían los pediatras, con alimentación artificial, también es meridiano. El Imelga concluye que «hay datos objetivos que nos permiten inferir que la niña está padeciendo dolor». Sostiene el informe de los forenses que «tenemos que contar con lo que refieren los padres». Son doce años al cuidado integral de la niña, por lo que parece razonable que la progenitora haya aprendido a interpretar el lenguaje no verbal de la pequeña, «por lo tanto, lo que manifiesta la madre en este sentido ha de tener, desde el punto de vista médico y médico forense, un valor extraordinario».

El necesario proceso de desvinculación afectiva de su hija por parte de los padres, apunta el auto «se estaría viendo dificultado por la negativa del hospital a atender su petición de no prolongar el sufrimiento de la menor». En definitiva, el juez concluye asegurando que el criterio médico legal en la actual fase del proceso -la pequeña fue reconocida por los forenses el pasado viernes-, es claro y rotundo: «El tratamiento pautado inicialmente era paliativo y podía calificarse como extraordinario y desproporcionado a las perspectivas de mejoría de la paciente y el mismo producía dolor o sufrimiento desmesurados a la misma».

Esta conclusión de los forenses del Imelga se corresponde con la propuesta de tratamiento que el servicio de pediatría comunicó a los padres el pasado lunes, y con las conclusiones del comité de ética. Es decir, las conclusiones del juez respaldan los argumentos de los padres y del informe ético, aunque no fue necesaria ninguna resolución, tras llegar a una solución consensuada los progenitores y los profesionales de pediatría el lunes.

Empeoramiento de la niña

Ese día, cuando los padres estaban reunidos con el magistrado y los miembros del Imelga, la gerencia del CHUS remitió el informe actualizado de la evolución de la niña, en el que se constataba su empeoramiento. De hecho sostienen que se buscó que tolerase la alimentación a través de la sonda «sin éxito». Es ahí cuando se plantea a los padres el aporte de suero y la analgosedación, algo que aceptaron los padres, «pese a cuestionar que la variación de la propuesta medida responda a la causa invocada por el servicio de pediatría».

Finalmente médicos y progenitores llegaron a un tratamiento consensuado sin que el juez tuviese que emitir ninguna resolución judicial.

Alonso pide no abrir debate político

El gerente del CHUS, Luis Verde, confirmó el fallecimiento de la menor y mostró su máximo respeto a la familia. También en Twitter hubo mensajes de condolencia para los padres de Andrea. El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, decía que «hoy (por ayer) es un día de luto para dar cariño a los padres de Andrea. No conviene abrir debates políticos en este asunto». Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, dio el pésame a los progenitores, «mis condolencias y todo mi cariño a los padres de Andrea». La Asociación de Usuarios del CHUS emitía un comunicado en memoria de la niña.