«Lo siento, pero estamos con nuestra hija. Gracias»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

SANDRA ALONSO

Emocionada, la madre de Andrea se limitó a decir que permanecerán en el hospital para estar al lado de la niña

06 oct 2015 . Actualizado a las 10:40 h.

Son jóvenes, ella tiene 32 años y él 34, pero han mantenido una postura firme y entera durante estas semanas, que han debido ser de todo menos fáciles. Estela Ordóñez Álvarez y Antonio Lago Redondo son los padres de Andrea Lago y de otros dos niños, una pequeña de siete años y un bebé de dieciocho meses. «Lo siento, pero estamos con nuestra hija, gracias», explicaba en un mensaje ayer su madre tras conocer la intención del servicio de pediatría de atender a sus peticiones y retirar la alimentación artificial a Andrea.

Con más fortaleza ella y más debilitado él los primeros días, tuvieron muy claro desde el primer día que lucharían hasta el final para exigir una muerte digna para su hija. «Vamos a llegar hasta el final, hasta que un juez nos diga: tenéis razón», explicaba Estela el miércoles cuando hablaba con los medios. Su padre, Antonio, insistía en no alargar el sufrimiento de su hija: «Lo que no queremos es que todo este proceso pase viendo cómo sufre y se demacra. Queremos que pare».

Los padres han insistido siempre en que hasta que en julio ingresó muy grave con una hemorragia gastrointestinal, Andrea fue una niña feliz pese a que nunca pudo comunicarse ni tuvo movilidad. Se comunicaban a través de los gestos, «sonreía mucho, interactuaba y se tronchaba».

Pero a raíz de la trombopenia de junio comenzó un agravamiento de su estado de salud, hasta que los padres consideraron que su hija había llegado al límite. Aunque según los neurólogos su esperanza de vida era de unos cinco años, Andrea cumpliría en diciembre trece, «porque es una campeona, pero ahora, cuando su cuerpo no da más, es cuando empezamos nuestra lucha», explicaban sus padres.

Su ánimo, pese a mantenerse con fuerza, decayó en los últimos días. «Decida o que decida o xuíz vai ser doloroso», explicaba el domingo Estela. La situación de la niña tampoco les daba esperanzas, ya que durante todo el fin de semana tuvo fiebre alta, vómitos y dolor. Tampoco confiaban en que las cosas se resolviesen tan rápido. De hecho, en una entrevista a La Voz decía la madre de Andrea que, «non contamos que sexa mañá (refiriéndose a ayer)», cuando el juez tome una decisión. Finalmente no ha habido que esperar a una resolución judicial, pese a que el procedimiento sigue abierto, debido al cambio en el criterio clínico del servicio de pediatría del CHUS.

Aunque recurrieron a todos los medios de comunicación de información general, e incluso a otro tipo de programas, los padres de Andrea demostraron en todo momento tener un firme objetivo, defender a su hija. Fue clara la respuesta de Antonio Lago cuando se le preguntó por Pedro Sánchez y su oportuno anuncio de abrir un debate sobre la eutanasia en la próxima legislatura «yo estoy aquí para luchar por la muerte digna de mi hija, no para valorar decisiones que tomen otros». Finalmente su empeño y su fuerza de voluntad han permitido que se cumpla el deseo sobre el final de su hija.

«Ahora tienen lo peor por delante, ver morir a la niña», explica su abogado

Los padres han ganado la batalla para dar una muerte digna a su hija, pero eso no quiere decir que estén pasando un momento fácil, ni siquiera de alivio. «Ahora tienen lo peor por delante, que es ver morir a su hija», insistía el abogado de la familia, Sergio Campos, tras la decisión del hospital. Los progenitores añaden además que la niña estaba sufriendo muchísimo.

Su sensación, por otra parte, es la de que no hacía falta, para finalmente darles la razón, «tener que activar todo lo que han tenido que activar», así como tener que recurrir a la justicia para urgir una solución a la situación de la pequeña Andrea.