Seis días para un desenlace

Elisa Álvarez González
E. Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Desde que el caso de Andrea saltó a los medios de comunicación las decisiones se han sucedido rápidamente; la actuación del juez fue determinante en el proceso

06 oct 2015 . Actualizado a las 10:40 h.

El pasado miércoles saltaba la noticia. Andrea Lago Ordóñez, una niña de doce años con una enfermedad neurodegenerativa rara, permanecía en el hospital desde el pasado mes de junio. Sus padres, Antonio y Estela, pedían la retirada de la alimentación artificial que le aportaba nutrientes a través de una gastrostomía, una técnica por la que el alimento va directamente al estómago a través de un tubo. Esta decisión estaba respaldada por un informe del comité de ética asistencial que depende de la gerencia sanitaria de Santiago, emitido el 14 de septiembre. El servicio de pediatría consideraba que mantener la nutrición era el tratamiento adecuado. Comenzaba un proceso difícil para la familia y los médicos, pero que se ha resuelto en menos de una semana.

30 de septiembre

Hablan los padres. Los padres de Andrea cuentan su caso en los medios de comunicación. El hospital se mantiene sin hacer declaraciones. Expertos en bioética sostienen que la medida de retirar la alimentación artificial y sedar es una buena práctica clínica. Se amparan en el código deontológico y en la ley conocida como de muerte digna, que entró en vigor en agosto. Los padres insisten en que la niña tiene dolor y en que su final es irreversible. Desde el colegio de médicos de A Coruña, el presidente de su comité deontológico anima a que se llegue a un acuerdo que evite los tribunales. La ex conselleira de Sanidade dice que no se puede pedir la eutanasia activa.

1 de octubre

Responde el hospital. El CHUS, mostrando todo su respeto a la situación de los padres, asegura que ya en julio preguntó a un juez si el plan terapéutico de Andrea, nutrientes y analgésicos cuando las necesidades clínicas lo requieran, era correcto. El juez dice que sí. Obvia el hospital que el mismo auto insta a tener en cuenta el informe del comité ético cuando se conozca. El hospital pide un nuevo auto al juez para que refrende si el tratamiento que recibe la niña es correcto. La Conferencia Episcopal se muestra en contra del ensañamiento terapéutico, aunque también defiende la actuación de los médicos. La Organización Médica Colegial respalda la postura de los padres y reitera que debe respetarse su voluntad. El PSOE plantea abrir el debate sobre la eutanasia. Numerosas asociaciones se posicionan a favor de la sedación de Andrea. El hospital insiste en que se está limitando el esfuerzo terapéutico y en que no hay ningún tipo de obstinación o ensañamiento terapéutico.

2 de octubre

Examinan a la pequeña. Se precipitan los acontecimientos. Tras recibir la petición del hospital, el juzgado número 6 de Santiago exige que se le traslade el informe clínico de la pequeña; el del comité de ética; y otro del servicio de pediatría. Envía a forenses del Imelga al Hospital Clínico para que examinen a Andrea. Finalmente cita a los padres el lunes. El objetivo es detectar si es una enferma irreversible y en estadio terminal, y si las medidas de soporte vital pautadas conducen a una prolongación innecesaria de la agonía de la paciente.

3 de octubre

Movilizaciones. Se convocan movilizaciones a favor de la muerte digna para Andrea.

4 de octubre

Defensa de los pediatras. La Sociedade de Pediatría respalda a los profesionales que atienden a Andrea, quienes mantienen la confidencialidad renunciando a la defensa de sus argumentos. Confían en que la Justicia resuelva la situación de la niña. El estado clínico de la pequeña empeora según los padres. Vomita y tiene fiebre alta. El Arzobispado de Santiago también defiende a los médicos del servicio de pediatría.

5 de octubre

Aceptan la sedación. A las doce y media del mediodía el padre de Andrea, Antonio Lago, llega a los juzgados acompañado de un abogado. Media hora más tarde lo hace su madre, Estela Ordóñez. Hablan con el juez, la fiscal, el secretario judicial y varios miembros del Imelga varias horas. Reciben una comunicación del hospital explicándoles que hay cambios en el planteamiento inicial del tratamiento de la pequeña. Los padres y su abogado salen poco antes de las tres y media de la tarde hacia el CHUS. Esperan hasta pasadas las cinco de la tarde a que les reciba el equipo de pediatría. Finalmente mantienen un encuentro de media hora con Antonio Justicia, uno de los pediatras de la pequeña. Les comunica que han decidido retirar la alimentación artificial de Andrea y sedarla progresivamente para evitarle cualquier tipo de sufrimiento. Les explica que esta retirada se hará ya durante la tarde. Los padres se quedan con su hija en el hospital. Poco después, el complejo hospitalario envía un comunicado explicando que ha habido cambios clínicos en las últimas horas, por lo que se modifica el tratamiento nutricional. Defienden la práctica clínica. En ningún momento aluden a la retirada de la alimentación o la sedación.