Feijoo, abocado a repetir

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

El aplazamiento del pleito sucesorio y la falta de otros liderazgos condenan al líder del PPdeG a ser de nuevo candidato en un contexto muy adverso

04 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Escribió José María Aznar en su autobiografía que la decisión más difícil de su vida fue la de no optar a un tercer mandato. Cualquier desinformado asociaría sus desvelos más bien a la lucha contra ETA, las tropas de Irak o el envío de helicópteros Cougar al islote de Perejil, con el que muchos contuvieron la respiración. Pero no. Lo más difícil fue decidir no recuncar, que para eso la política tiene también su puntito de vanidad. Claro que Aznar cometió un error, pues al comprometerse a permanecer solo ocho años en la Moncloa se convirtió en prisionero de sus palabras. Algo debió aprender de todo aquello Alberto Núñez Feijoo, más propenso a abrirse puertas que a cerrarlas, aunque cada día que pasa está más abocado a repetir como candidato a la Xunta.

«O meu compromiso é con Galicia», proclamó Feijoo el pasado mes de junio, en un intento de aplacar las elucubraciones sobre su salto político a Madrid. Intento vano, porque en el PP gallego le dan rienda a que su futuro político puede ir por otros derroteros, e incluso Francisco Vázquez le animó hace un par de semanas a cruzar Pedrafita «por el bien de España».

A diferencia del reaparecido Aznar, el presidente de la Xunta nunca desdeñó la posibilidad de presentarse por tercera vez. Ni lo hará. Lo más que dijo sobre esta cuestión es que dos mandatos son algo razonable, y que los gobiernos de 16 o 20 años forman parte del pasado. Pero ¿y los gobiernos de 12 años? ¿Qué hay de un tercer mandato? Pues solo la puerta abierta.

No será hasta el 20 de diciembre, con las elecciones generales, cuando se resuelva del todo el sudoku. Pero para entonces, Feijoo no va a tener grandes opciones de encaje en Madrid. Porque tras el 20D pueden suceder dos cosas: que Mariano Rajoy sea de nuevo presidente del Gobierno o que no lo sea. Si ocurre lo primero, la naturaleza conservadora del pontevedrés lo llevará a evitar los cambios abruptos, y más aún a llevarse a Madrid lo que funciona bien en Galicia. Y si lo que toca es desalojar la Moncloa para oír los tambores de guerra en el PP, entonces Feijoo verá que su gran hándicap para instalarse en la séptima planta del edificio de la calle Génova va a ser el no disponer de acta en el Congreso para liderar la oposición.

Pragmatismo

Con todo, hay que esperar a las generales para ver, insisten en la cúpula del PPdeG. Pero que nadie se llame a engaño. Si algo destaca en el partido de la gaviota es su pragmatismo para mantener el poder. Estar en el machito, ese es el gran pegamento de todo lo que habita en estas siglas.

Y la opción más sólida que tienen los populares gallegos para retener la Xunta es Núñez Feijoo. Fabricar no ya un líder, sino un candidato, a solo diez meses vista de que se convoquen las autonómicas es una tarea compleja, máximo cuando el propio Feijoo se cuidó de mantener alejados los pleitos sucesorios.

El PPdeG perdió 14 puntos en porcentaje de voto en las europeas del 2014 y se dejó 9 puntos en las municipales de mayo. En la dirección saben que en las autonómicas bastaría con retroceder un par de puntos en cada provincia para perder cuatro escaños, la mayoría absoluta y la Xunta.

Porque el PP, al margen de los candidatos que ponga la oposición enfrente, tendrá que competir con el propio PP. Medirse al desgaste de su marca. Por eso no caben operaciones raras. Barreiro, Puy, Pilar Rojo, Baltar... todos aludieron ya a Feijoo como el mejor candidato posible. El coro de voces está desatado. Quizás Feijoo ya se vea atrapado por la red del tercer mandato.