Dejarla partir

GALICIA

01 oct 2015 . Actualizado a las 12:39 h.

Me cuesta entender que sigan surgiendo este tipo de polémicas. La bioética y la ley son claras: el paciente (o su representante), debidamente informado, tiene derecho a tomar decisiones sobre las acciones, los tratamientos y las intervenciones médicas que le afecten, entre las que se encuentra el derecho a rechazar el tratamiento o el procedimiento que se le proponga, a pesar de que esto pueda poner en riesgo su vida. La situación que sufre Andrea obliga a alimentarla a través de una gastrostomía y esto, se mire por donde se mire, es un tratamiento médico que puede ser rechazado. Y respecto a que no es un enfermo terminal, léase, por favor, la definición que ofrece la ley gallega 5/2015.

Solo el desconocimiento de los valores morales que impregnan la asistencia sanitaria y el actual ordenamiento jurídico o el paternalismo médico de otras épocas pueden explicar esta lamentable situación. Urge, una vez más, reivindicar la adecuada formación en bioética de los profesionales que trabajan en el Sergas, una formación que no debe quedar supeditada a la buena voluntad de cada profesional. Resulta paradójico que mientras acontece este triste suceso en el hospital compostelano, el curso de bioética a los residentes del mismo centro haya pasado de 20 a 10 horas.

Los padres de Andrea no quieren su muerte, estoy seguro. Han luchado por ella desde el minuto uno, como jabatos. Cuando la ingresaron en el CHUS antes del verano, pensaron que volverían con ella para casa, como otras veces. Pero no ha podido ser. No se quieren aferrar a Andrea, y en un último gesto de amor quieren dejarla partir en paz, rodeada de todos los cuidados necesarios y del amor de los suyos. Los profesionales de la salud están para curar, aliviar, ayudar a morir en paz y consolar, no solo a Andrea sino también a sus padres, con sensibilidad y exquisito respeto.

ética y sanidad