El batacazo de Podemos pincha su ambición de liderazgo en Galicia

s. lorenzo, C. Punzón SANTIAGO, VIGO / LA VOZ

GALICIA

Pilar Canicoba

Xulio Ferreiro los ve como «uno más» y EU ya anuncia que exigirá primarias

29 sep 2015 . Actualizado a las 09:00 h.

Pablo Iglesias llegó envalentonado a Galicia a principios de julio. Su discurso descolocó a Beiras, obstinado en persuadir al líder de Podemos de que cualquier opción de éxito en las generales pasa porque la formación diluya sus siglas dentro de una candidatura gallega de unidad. Iglesias se llevó las calabazas de Beiras, y también de los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol. Pero no movió su posición. Ni siquiera en el acuerdo político hilvanado con Anova y EU se compromete a romper ese enroque.

Podemos presionó sin éxito para lanzar el acuerdo antes de los comicios catalanes. Quería anticiparse al escenario que ocupa ahora, tras un batacazo electoral que deja a Iglesias sin crédito para el papel protagonista que insiste en arrogarse en Galicia y que las catalanas han cuestionado.

El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, fue el primero que ayer aprovechó esos resultados electorales para advertir del nuevo escenario que el domingo dejaron las urnas. «Podemos é un máis no motor do cambio», recalcó cuestionando abiertamente que la formación de Iglesias pueda ejercer de líder del frente cuyos cimientos se establecerán finalmente esta semana, con la firma del acuerdo con EU y Anova.

Primera condición

«Solo é un actor máis, importante e imprescindible, pero un máis», expresa desde EU su secretario de organización, Rubén Pérez, que avanza que su formación exigirá que los candidatos de la previsible lista conjunta tendrán que salir de elecciones primarias. EU niega así validez al proceso de elección de aspirantes a diputados que Podemos ya realizó en verano, lo que se antoja como un futuro obstáculo más en las negociaciones, además del propio nombre que vaya a tener la propuesta electoral.

«O tema nominal non está encima da mesa aínda», asegura el secretario xeral de Podemos Galicia, Breogán Rioboo, quien trata de ahuyentar cualquier similitud de la propuesta de su partido en Cataluña y los resultados obtenidos allí con lo que pueda pasar en la comunidad gallega en las generales. «Non é nin comparable, nin extrapolable», expone, una tesis que comparte Anova.

Pero los desacuerdos que Podemos está cosechando con parte de sus posibles socios en Valencia, o la advertencia hecha también por dirigentes en Andalucía contra pactos de cúpulas, hace prever debates internos y con formaciones afines, que ayer tuvieron un anticipo en boca Juan Carlos Monedero, que advirtió que «la sopa de siglas y la agregación de partidos, no funciona».

Materia de reflexión

Sobre esas alianzas, Anova uno de los posibles socios de Podemos, insiste en que las puertas están abiertas a todos las fuerzas y plataformas ciudadanas que quieran entrar, pero siempre con la premisa de dar continuidad al proceso de «unidad popular» ensayado en las municipales. Su coordinador, el diputado Antón Sánchez, sostiene que el documento político perfilado con Podemos y EU no es un pacto. Pero sí asume que los resultados catalanes aportan abundante materia para reflexionar. También por parte de Podemos.

El BNG aguardaba su fiasco. Saben que en la entente AGE-Podemos no los quieren, pero necesitan conjurar el riesgo real de una división del nacionalismo que los alejaría de las Cortes. Xavier Vence, deslizó ayer algunas pruebas. «Levamos tempo agardando por unha reunión con Anova», confesó. Vence, que sostiene que la lista gallega no puede supeditarse a hacer ministro a Iglesias, tachó de «fracaso» su resultado en Cataluña y apeló a que Anova, Podemos y EU reconsideren su postura y se sumen a una lista gallega «con personalidade xurídica propia e non subordinada a forzas estatais».

«Podemos non pode seguir esixindo. Despois do domingo queda claro que non son os primus inter pares», advierte desde las filas de Compromiso por Galicia el alcalde de Lalín, Rafael Cuíña, embarcado en la propuesta de unidad en la que está el Bloque.

Ciudadanos se reorganiza para aprovechar el tirón

Los 16 concejales que Ciudadanos obtuvieron en Galicia en las municipales de mayo no han servido al partido de Albert Rivera para asentarse en la comunidad ni para dejar escuchar su acento en el escenario político de la comunidad. Cabría decir que incluso lo contrario.

Los enfrentamientos internos, dimisiones, la revocación de militancia de decenas de afiliados -como denomina el partido naranja a las expulsiones en su organización- y el escaso eco logrado entre la ciudadanía, llevó incluso a la dirección estatal del partido a dejar a sus seguidores gallegos fuera del comité ejecutivo estatal del partido.

«No se puede extrapolar, pero el resultado de las elecciones catalanas es un espaldarazo y un fuerte viento de popa para las generales», quiere pensar Javier Chouza, responsable de Ciudadanos en Galicia. Lograr aunque fuera un solo diputado en las generales en alguna de las provincias gallegas se antoja, incluso dentro del partido, como una tarea casi imposible, pero el tirón de la marca que han constatado en las elecciones andaluzas y luego en las catalanas, lleva a los de Rivera a dejar una puerta abierta. La hegemonía del PP en el centro derecha en Galicia hace especialmente difícil que desde esta comunidad se aporten escaños al proyecto de Rivera, todo dependerá de cómo desarrolle su candidato a la presidencia su campaña.

La próxima semana Ciudadanos contará con un nuevo consejo territorial, eso sí, bendecido y montado desde Barcelona.

El PP lamenta la «fractura» social y el PSdeG ve más cerca la reforma constitucional

Las dos fuerzas mayoritarias del Parlamento gallego, el PP y el PSdeG, hicieron ayer su particular lectura del resultado de las elecciones catalanas, discrepando abiertamente del camino que se ha de seguir ahora. Mientras que los socialistas ven un poco «máis cerca» la reforma de la Constitución para crear un marco estable de convivencia en Cataluña y el resto de España, los populares gallegos lamentan la «fractura» social que ha dejado el proceso, pero discrepan que la reforma constitucional sea la vía más idónea para lograr el acuerdo.

Pedro Puy, portavoz del PP en la Cámara gallega, entiende que el resultado de las elecciones arroja un «fracaso da política e, singularmente, da catalana», pues apunta que dejó tras de sí una sociedad «absolutamente fracturada». Entiende Puy que tras las elecciones generales, previstas inicialmente para diciembre, lo que toca es «traballar moito, todo o mundo, para intentar reconducir unha situación que, certamente, non pode prolongarse con esa fractura indefinidamente».

No obstante, el portavoz de los populares puso en solfa que la reforma de la Constitución, que abandera el PSOE, sea el camino idóneo para recomponer el acuerdo. «O que está fractura é a sociedade catalana, non España ou Galicia», argumentó Puy, quien cree que lo que toca es actuar concretamente en Cataluña.

La reforma, «máis cerca»

Distinta percepción tiene el secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, quien subraya que «a solución ten que ser a reforma do sistema constitucional». Y agregó que «está máis cerca» tras el resultado del domingo, pues está convencido de que el PSOE tomará las riendas del Gobierno a partir de las elecciones generales.

En el análisis hecho por el líder del PSdeG del resultado de los comicios catalanes identificó «dous claros derrotados». Uno es Artur Mas, porque su apuesta soberanista «truncouse e parece difícil que poda seguir no cargo», y el otro es Mariano Rajoy, «porque todo o que non fixo tivo un resultado desastroso para o PP». Añadió un tercer damnificado, Pablo Iglesias y Podemos, del que Besteiro dijo: «Desínflase».