El último día de Asunta Basterra

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

BEA OTERO

Las grabaciones de distintas cámaras de seguridad, la autopsia y los hechos admitidos por sus padres permiten reconstruir buena parte de las últimas horas que pasó con vida la niña

30 oct 2015 . Actualizado a las 12:46 h.

La noche antes de su asesinato, Asunta duerme en el piso de su padre, Alfonso Basterra. Su madre, Rosario Porto, pasa todo aquel viernes 20 de septiembre del 2013 con su amante en Vilagarcía de Arousa y Pontevedra. La niña se levanta temprano el sábado. Tiene clase de chino. A las 9.30 horas ya está de vuelta en el número 31 de la calle Doutor Teixeiro de Santiago, donde vive y donde ha quedado a las 10.15 horas con su profesora. La lección dura una hora y media, pero la maestra tarda en irse hasta las 12.10 horas porque se queda charlando con ellas y tomando los pastelitos chinos que les ha llevado. La pequeña los prueba, pero no le gustan.

Asunta y su madre han quedado con su padre. Van a comer los tres en el piso de él. La niña sale sola antes que Rosario Porto porque quiere llegar a tiempo para ver su programa favorito: Los Simpsons. A las 13.55 horas deja su casa y recorre a pie los poco más de veinte metros que separan su edificio del apartamento que había alquilado Basterra en el número 8 de la calle República Arxentina. Llega justo a las 14 horas, cuando empieza el capítulo. La cámara de seguridad del banco que hay en la esquina de ambas calles la graba pasando vestida con una camiseta blanca y unos pantalones cortos y portando en su mano una chaqueta de chándal azul grisácea. La misma ropa, salvo los pantalones, con la que aparecerá muerta once horas después.

Asunta se va directa al sofá para no perderse Los Simpsons. Su padre, mientras, prepara la comida. Es frugal, porque sirve un único plato: revuelto de champiñones. Porto llega sobre las 14.30 horas y los tres se sientan a la mesa. Según el fiscal y la acusación popular, es en ese momento cuando los padres machacan varias pastillas de un sedante de marca Orfidal cuyo compuesto es el lorazepam y las mezclan con el alimento. La autopsia sitúa la ingesta del medicamento entre las 15 y las 17 horas, cuando la niña está con sus padres en casa de Basterra. Además, en el vestido negro que lleva Rosario Porto se hallan después polvos del compuesto en la parte inferior. A la altura del muslo, como si ella se hubiese limpiado en su ropa los restos de las pastillas machadas.

Asunta abandona la casa de su padre a las 17.21 horas. Camina sola y aparentemente normal. Por el tiempo transcurrido y por haber comido, el Orfidal aún no le ha hecho efecto. A las 17.28 horas, Rosario Porto sale del piso de su exmarido. Va a pie hacia el garaje que tiene en la calle Xeneral Pardiñas. Allí llega a las 18.12 horas. Después conduce su coche de nuevo hacia su domicilio, donde se detiene. Pasa una hora en la que nada se sabe a ciencia cierta sobre dónde está Asunta. Reaparece a las 18.24 horas. Su última imagen la recoge la cámara de la gasolinera de Galuresa en la calle Hórreo. Es la última vez que se la ve con vida. Antes tuvo que subirse al vehículo. ¿Estaba sola? Una adolescente que conocía muy bien a la niña porque iba a clase de francés con ella asegura que no y que en ese momento la acompaña Alfonso Basterra.

En la casa de Teo

Rosario Porto y Asunta llegan al chalé de Montouto (Teo) a las 18 horas, 31 minutos y 54 segundos, que es cuando desconectan la alarma de la vivienda. La madre asegura que se marchan de allí enseguida, pero el fiscal y la acusación popular sostienen que es allí donde ella, junto con Alfonso Basterra, asesinan a la pequeña.

La autopsia señala que Asunta muere entre las 16 y las 20 horas del 21 de septiembre del 2013. A las 18.24 horas está viva en el asiento del copiloto del coche de su madre y a las 18.31 horas está entrando en el chalé de Teo. ¿Qué pasa en la siguiente hora y media? Las acusaciones aseguran que sus padres la suben a una habitación del primer piso de la casa de Teo para matarla. Está ya muy drogada, porque tiene una concentración en sangre de Orfidal 17 veces superior a la considerada como normal.

Tan sedada, Asunta está a merced de sus verdugos, siempre según la investigación. La atan de pies y manos con una cuerda naranja que la Guardia Civil localiza después tanto en la casa de Teo como junto al cadáver, en la pista donde fue hallado. Le tapan nariz y boca con un objeto blando y deformable, probablemente un clínex, y presionan para asfixiarla. La niña se ahoga y sufre espasmos. Lucha instintivamente por sobrevivir. Convulsiona buscando aire y golpea con su nuca en el suelo, pero apenas tiene fuerzas para luchar contra las manos que le ahogan. Las pequeñas lesiones que se producen en su carrillo, su nariz, sus pulmones y su intestino permiten a los forenses reconstruir su asesinato.

La investigación sitúa la muerte de Asunta sobre las 19 horas. El informe de geolocalización fija el móvil de Rosario Porto a las 19.29 horas en la casa de Teo. La madre vuelve a activar la alarma de la vivienda a las 20.53 horas y a las 21 horas unos vecinos la ven frente al portalón de entrada del chalé. Está subida a su coche y con el motor apagado. Al verles, arranca. Según la acusación, el cuerpo sin vida de la niña ya va en ese vehículo. En él la llevan a menos de cinco kilómetros y la dejan en la pista forestal de Feros (Teo) donde la hallan pasada la una de la madrugada del 22 de septiembre.

Mientras matan a la pequeña, la mejor amiga de Asunta la echa en falta. No sabe nada de ella desde que a las 17.25 horas el teléfono de la niña envía un wasap al grupo que dice: «Alah (sic). Ahora digo yo adiós porque me voy a hacer los deberes». Cuando se entera de la desaparición pregunta por ella a todo el mundo. Nadie la ha visto. Desesperada, le envía un wasap a las 22.35 horas: «Asunta». Tras tres minutos de silencio repite: «¿Asunta?». Pero su amiga ya está muerta y su cadáver tirado en una pista forestal.