La madre del bebé muerto en Santiago no puede declarar y el juzgado tiene que liberarla

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Álvaro Ballesteros

La mujer, sospechosa del crimen de su hija, será detenida de nuevo cuando los médicos determinen que es capaz de testificar

04 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La forense que examinó a la madre que presuntamente asfixió el pasado lunes a su bebé de seis meses en un hotel de Santiago ha dictaminado que aún no está en condiciones de declarar. Sigue ausente, medicada y no responde a preguntas, mutismo que intercala con momentos en los que grita y llora, además de encararse con el personal sanitario del hospital compostelano en el que permanece ingresada, al que ha llegado a escupir. Así las cosas, y como ha transcurrido el plazo legal de 72 horas desde que fue detenida, a la jueza que instruye el caso no le quedó ayer más remedio que decretar la libertad provisional de Marisol Fabiola Raue Ortega, chilena con nacionalidad alemana y de 34 años de edad. Este es su nombre de soltera y en los documentos del juzgado aparece también con el de casada, con los apellidos de su marido, Serrano Martínez.

El auto de la jueza Ana López Suevos, en la que ha recaído la instrucción del caso, explica que «se ben existen indicios de criminalidade que conducen a considerar que a persoa detida é responsable criminalmente dun delito de asasinato ou homicidio, ao non terse interesado polo ministerio fiscal a adopción de ningunha medida precautoria restritiva da liberdade ou dereitos da imputada, procede acordar a súa inmediata posta en liberdade». La fiscal no podía hacer otra cosa y la propia magistrada señala que su decisión de no decretar prisión para Raue Ortega «é a única coherente coa situación da detida, quen permaneceu durante toda a súa detención ingresada nun centro hospitalario por motivos psiquiátricos».

Oficio al hospital

De este modo, la madre del bebé no declarará en el juzgado hasta que los psiquiatras determinen que está en condiciones mentales de afrontar el interrogatorio. El juzgado ha librado así un oficio a la unidad de psiquiatría del hospital Gil Casares de Santiago, en el que está ingresada la mujer. El centro deberá comunicar «a alta médica de dona Marisol cunha anticipación mínima de 72 horas co fin de que por este xulgado se poidan adoptar as medidas necesarias para a súa detención, posta a disposición xudicial e convocatoria de comparecencia para decidir sobre a súa situación persoal», señala el auto.

Además, el juzgado advierte al centro hospitalario que deberán poner en su conocimiento y en el de la Policía Nacional «calquera fuga ou intento de fuga» por parte de la madre del bebé presuntamente asesinado «co fin de que polas forzas de seguridade se proceda ao seu inmediato reintegro ao centro hospitalario».

Los hechos se produjeron el pasado lunes entre las 19 y las 20 horas, momento en el que el informe preliminar de la autopsia ha situado la muerte de la niña de seis meses de edad de nacionalidad alemana y que, según los forenses del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), fue víctima de una «asfixia mecánica» de origen homicida. Es decir, que a la pequeña le taparon nariz y boca simultáneamente con un objeto o con la propia mano hasta que dejó de respirar.

La madre del bebé muerto había acudido a Santiago junto a su marido, Raúl Serrano Martínez, para asistir al Congreso Gnóstico Internacional de Antropología, organizado por el Instituto Gnóstico Samael y Litelantes, organización calificada como secta perniciosa por la Iglesia Católica y por diversos grupos que luchan contra este tipo de grupos.

El padre del bebé ya ha declarado en el juzgado y explicó que el lunes por la mañana tuvo una fuerte discusión con su mujer relacionada con la niña y que ella le echó de la habitación del hotel en el que estaban alojados. Por eso fue a visitar la ciudad y asistió a la misa del peregrino en la catedral compostelana. Su testimonio ha quedado corroborado por un compañero del congreso que estuvo con él y por las grabaciones de las cámaras de seguridad del hotel. Por ello, su participación en los hechos ha quedado descartada.

También declaró el miércoles el matrimonio con el que la sospechosa del crimen pasó las horas previas al presunto asesinato. Con ellos dio un paseo y tomó algo en una cafetería hasta que entre las 19 y las 19.30 horas les comunicó que subía a su habitación. Sobre las 20 horas, el matrimonio hizo lo propio y como se alojaban en la habitación contigua la mujer decidió pasarse para ver qué tal se encontraba la madre del bebé, dado que sabían que estaba afligida por la discusión con su esposo.

Fue ella la que halló el cadáver de la niña, que estaba tendido en la cama, envuelto en una manta gris y cubierto por una toalla blanca sobre la que había dos pequeñas piedras. La mujer, que también participaba en el congreso gnóstico, llamó a su esposo, que fue el que intentó reanimar al bebé hasta que llegaron los servicios sanitarios.