Rosario Porto fue encontrada en la cama agarrada a una foto de Asunta

Francisco Espiñeira Fandiño
fRANCISCO ESPIÑEIRA A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

XOÁN A. SOLER

Tomó una cantidad de relajantes musculares anormal y ahora le han puesto a una compañera de celda considerada de confianza para controlarla

17 ago 2015 . Actualizado a las 07:14 h.

En la cárcel de Teixeiro lo tienen claro. Presos y funcionarios coinciden en que el supuesto intento de suicidio de Rosario Porto, la madre adoptiva de Asunta y su presunta asesina, fue «un paripé para llamar la atención».

Tres días después de ser internada en la zona de observación médica de la cárcel de Teixeiro, Rosario Porto ha recuperado las rutinas diarias, aunque con algunos cambios relevantes. El más llamativo es el de la compañera de celda. La supuesta parricida se encuentra acompañada de forma permanente por una nueva presa, de las consideradas de confianza por parte de la dirección.

La medida forma parte del protocolo de prevención de suicidios entre los internos, que fue activado el pasado jueves a última hora de la tarde por parte de los responsables del penal.

A última hora de la tarde, los funcionarios localizaron a Porto tumbada boca arriba en la cama de su celda. Sobre su pecho reposaba una foto de su hija que agarraba con fuerza, pero no respondía a las llamadas de los funcionarios que en esos momentos comprobaban su estado. Tras entrar en la estancia, los vigilantes optaron por trasladar a la enfermería a Rosario Porto. Presentaba un estado de somnolencia anormal y se constató que había ingerido una dosis de relajantes musculares superior a la recomendada por los médicos. La madre de Asunta tiene ese tipo de medicamentos al alcance debido a los dolencias que padece, especialmente por una fibromialgia, según indicaron algunas de las fuentes consultadas.

Tras comprobar el estado de Rosario Porto, se optó por mantenerla en vigilancia durante la noche del jueves al viernes. Tras la pertinente revisión médica, que no reveló ningún tipo de secuela, fue reconducida a su celda, donde se incorporó al calendario de actividades habitual. «Por ser fin de semana, se limitó a pasear por el patio y a acudir al comedor para las comidas con el resto de presos», indicaron fuentes conocedoras de las interioridades de la penitenciaría de Teixeiro.

En esos paseos y comidas no se separó de ella ni un segundo su nueva compañera, de la que no han trascendido datos por el momento. «Cada módulo cuenta con unos noventa internos y hay apenas dos funcionarios, por lo que el papel de esas presas de confianza es imprescindible para evitar cualquier incidencia», admitía ayer un vigilante bregado en la vida carcelaria.

El abogado de Rosario Porto, José Luis Aranguren, aseguraba el pasado viernes por la noche en declaraciones a La Voz que no tenía constancia del supuesto intento de suicidio y que tampoco le había sido notificada ninguna incidencia, «aunque tampoco tienen que decirme nada desde la cárcel». El pasado sábado acudió a Teixeiro para reunirse con varios presos, entre ellos Porto, pero ayer rehusó hacer declaraciones. Pocos en Teixeiro dudan de que la madre de Asunta «buscaba llamar la atención» antes de la celebración de su juicio.