Las señales confusas copan la N-540 entre Lugo y Ourense

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Alex Carausan

En 79 kilómetros se acumulan más de 600 señales y en algunos tramos los indicadores parecen contradecirse

24 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras Ourense no cuente con una autovía de conexión con Lugo, la Nacional 540 es el camino que deben tomar los vecinos de ambas ciudades para desplazarse de una a la otra. Esta vía se inicia en Lugo, saliendo desde la N-VI, y termina en la N-525, a su paso por el concello ourensano de Coles. La coordinadora de la Dirección General de Tráfico en Galicia, Victoria Gómez, la señaló esta semana como uno de los puntos más conflictivos por el exceso de señalización. Sus 79 kilómetros cuentan con más de seiscientos indicadores a pie de carretera. La mayoría circulatorios. Los que hacen referencia a la velocidad máxima permitida son las que generan una mayor confusión entre los conductores. En unas ocasiones porque están demasiado cerca, en otras porque parecen contradictorias y, en algunos tramos, porque los que inician la marcha en la nacional desconocen los límites anteriores a la propia entrada.

En el primer kilómetro de la carretera desde Coles se encuentra la primera incógnita. En la localidad de Penasalbas se inicia un doble carril en donde una señal marca que no se pueden superar los 80 kilómetros por hora. A menos de 50 metros recomiendan que los que vayan por el carril rápido lo hagan a más de setenta. Y cuando ya se va a esa velocidad, a muy poca distancia, una señal prohíbe circular a más de sesenta. En menos de cien metros, el conductor ha tenido que memorizar tres señales y reducir la marcha casi instantáneamente, en plena curva. Pasada esta, la incógnita persiste sobre la velocidad. Hasta la siguiente población. Las prohibiciones para ir a más de ochenta casi se topan de narices con las de menos de cincuenta. Muy cerca. Algunas las percibe el conductor a la vez. Así sucede en casi la totalidad de localidades por donde transita la nacional. A la entrada de Estivada, en el ayuntamiento lucense de Carballedo, en el Alto de San Roque o al pasar por la localidad de Torre, ambos en el concello de Taboada. Y cuanto más cerca se está de las poblaciones grandes, más complicado es para el conductor estar atento a las indicaciones, por la gran cantidad que existe, y por las vías que se incorporan a la nacional. Esto ocurre, sobre todo, en las inmediaciones de Lugo, más que a la llegada a Ourense. La carretera cuenta, además, con un gran número de dobles carriles, una orografía difícil, muchas zonas de curva y lugares en los que el firme se encuentra en muy mal estado. Es el caso de Chantada.

Esta puede ser la causa por la que las señales son colocadas sin tener en cuenta la distancia que debe haber entre ellas, aprovechando simplemente los lugares en los que realmente se pueden instalar.

Sin embargo, esta circunstancia genera mucha inquietud entre los conductores ya no solo por el hecho de poder ser multados, sino por evitar colisiones, más por alcance que por otro tipo de circunstancias. El Ministerio de Fomento es el que gestiona la carretera. «Las señales se colocarán de manera que los conductores y usuarios a los que se dirijan puedan reconocerlas fácilmente y a tiempo», dice la norma y las señales reguladoras de la circulación de la Dirección General de Tráfico.