La Agencia de Seguridad aprende de Angrois y endurece la apertura de líneas de AVE

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

XOÁN A. SOLER

Apremia a que se realicen evaluaciones de riesgo rigurosas, más pruebas y formar a los maquinistas en los puntos críticos

27 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La recién creada Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF) ha empezado ya su trabajo como organismo de referencia en todo lo que respecta a la fiabilidad de la red ferroviaria española, y lo ha hecho con una recomendación técnica en la que endurece los requisitos para la puesta en servicio de nuevas líneas -esencialmente de alta velocidad-, poniendo especial énfasis en la necesidad de que el administrador de la infraestructura -el ADIF- y las operadoras ferroviarias realicen estudios de evaluación y gestión de riesgos que tanto los peritos como las partes del caso Alvia echaron de menos en la línea Santiago-Ourense y en el lugar donde ocurrió el accidente: la curva de Angrois.

De hecho, este documento que ya ha sido remitido a las empresas es el primero que firma el también recién nombrado director de la AESF, Carlos Díez Arroyo, que tuvo mucho que ver con la línea del accidente del Alvia como responsable de las líneas del Noroeste en el ADIF. Su firma figura en la modificación del proyecto que, según algunos peritos judiciales, está detrás de la desprotección que causó el descarrilamiento del tren hace casi dos años. Curiosamente, las pautas que marca la agencia parten de los agujeros de seguridad que se detectaron en Angrois y esta normativa probablemente esté detrás del retraso en la puesta en marcha de algunas líneas AVE, pues se refuerza el período de pruebas y las simulaciones comerciales antes de poner en servicio nuevos trazados.

La base de esta recomendación es una orden de Fomento de febrero que otorga a la agencia la facultad para autorizar la puesta en marcha de nuevas líneas y servicios. La evaluación de riesgos, recuerdan en el documento, debe ser especialmente riguroso «para el cumplimiento de los requisitos esenciales de seguridad», como son los mecanismos de protección de tren o la señalización. También obligan a las operadoras como Renfe a realizar estos análisis de riesgo cuando introduzcan nuevos servicios o material rodante.

En paralelo, reclaman que se refuerce la formación de los maquinistas respecto a la nueva línea y que este proceso incluya «los puntos de especial dificultad de la infraestructura». Pero la agencia alerta de que este plan de formación «no hay que entenderlo como una mera transferencia del riesgo al factor humano, sino como una forma de facilitar la tarea de la conducción y de que, aunque el sistema pueda estar protegido ante un fallo por los sistemas técnicos, se eviten incidentes que puedan perjudicar al funcionamiento de la línea».

La huella de Angrois es evidente en este último punto, y también cuando recomienda que se mejoren los mecanismos para que la información fluya y haya una mejor coordinación entre empresas como Renfe y el ADIF. De hecho aconsejan que se constituya un grupo de trabajo entre ambas empresas para analizar los riesgos compartidos. Sus trabajos deben quedar documentados.

Préstamo para el ERTMS

Por otra parte, el ADIF ha logrado un préstamo de 180 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones que se destinará a costear la instalación del sistema de seguridad ERTMS en líneas como el eje atlántico gallego.