Tempo galaico, otra dimensión

GALICIA

26 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En Galicia, el tiempo vital tiene otra dimensión. Aquí se es oficialmente joven durante más años. Uno puede sacar el carné xove hasta los 30. En otros países, solo hasta los 26. Si llegas a alcalde con 43 serás una joven promesa, mientras que en el Reino Unido esa es una edad idónea para gobernar una potencia. Aquí, las solteras de entre 20 y 30 se llaman «niñas» entre sí, y «chicas» las que aún no alcanzaron los 40. Es más, si te mueres con 70 habrá vecinos que glosarán el óbito diciendo eso de «morreu novo».

La primera vez que escuché la expresión primípara añosa en boca de un ginecólogo quedé impactado. Son esas cosas de los médicos? y de los académicos, porque primípara dícese de la hembra que pare por primera vez, y añoso, de aquello de muchos años. O sea, que una gallega que es mamá primeriza con 38 años puede ser una chica para sus amigas, pero será una señora muy mayor para la medicina y la biología.

Lo que nos recuerda Eurostat es que lo normal en estos lares no lo es para gran parte de Europa, donde el retraso de la maternidad no ha sido tan acusado. Pero la UE no trata las graves consecuencias socioeconómicas de la generalización de esta maternidad añosa. En primer lugar, tanto retraso reforzará la tendencia al hijo único, en especial entre las clases más afortunadas, que es en donde se concentra este fenómeno. En segundo lugar, el impacto sobre la ya ínfima fecundidad del país será brutal porque, de mantenerse la tendencia, en un siglo nacerían tres generaciones nuevas, o menos, en vez de cuatro o más, con lo que eso implica para el envejecimiento colectivo. Y en tercer lugar, porque al implantarse el patrón del hijo único, los chavales con hermanos estarán en peor situación en cuanto al acceso a la formación y a los escasos recursos públicos que queden después de destinarse preferentemente a los ancianos, tanto por justicia como por número. Solo los muy tontos tendrán más de un hijo. La maternidad añosa no es algo neutro. Entre sus causas, muchos apuntan a la crisis. Yo señalo otra estructural: las mujeres han tenido que adaptarse a modelos profesionales ideados para varones.