El fiscal retira la acusación al psiquiatra de Rosario Porto, que ya no irá a juicio

x. m. s SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

SANDRA ALONSO

Narciso Carrero le pidió perdón públicamente y admitió que había vulnerado su derecho a la intimidad

20 may 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

El psiquiatra que atendió a la madre de Asunta cuando sufrió una crisis en el 2009 ya no se sentará en el banquillo de los acusados el 1 de julio acusado de un delito de revelación de secretos por haber hecho públicos datos sobre su paciente en los medios de comunicación. Rosario Porto decidió perdonar al médico cuando Narciso Carrero le pidió perdón públicamente y admitió que había vulnerado su derecho a la intimidad. Faltaba que el fiscal retirase también su acusación, algo que ha hecho en aplicación del artículo 201.3 del Código Penal, que establece la extinción de la acción penal como consecuencia del perdón del ofendido.

La decisión del fiscal ha tenido como efecto que el Juzgado de lo Penal número 1 de Santiago haya acordado el archivo de la causa y la extinción de la responsabilidad criminal de Narciso Carrero, decisión que ya es firme porque nadie la ha recurrido. El expsiquiatra de la madre de Asunta elude así un juicio en el que se exponía a hasta tres años de cárcel, 9.000 euros de multa y 50.000 de indemnización.

Carta de la madre de Asunta

A poco más de un mes de que se inicie el juicio por el asesinato de Asunta, la madre de la niña ha vuelto a reiterar su inocencia en una carta que ha remitido al programa Espejo Público, de Antena 3. Rosario Porto y su exmarido, Alfonso Basterra, se sentarán en el banquillo acusados del crimen. El fiscal pide para ellos 18 años de cárcel y la acusación popular, veinte.

En la misiva, Porto afirma que lleva «un largo año resistiendo mentiras, calumnias y filtraciones interesadas que en nada concuerdan con la verdad, tan solo para intentar defender la memoria de mi hija» y arremete contra el juez que investigó el caso, José Antonio Vázquez Taín. Sobre la pequeña asegura que «desde que mi niña llegó a nuestras vidas, para enriquecerlas e iluminarlas, yo, su madre, me dediqué con ahínco y pasión a quererla, protegerla y cuidarla como mejor supe y pude. Me resulta brutalmente aniquilador que la descabellada atrocidad y espanto del que pretenden acusarme permanezca en el imaginario colectivo. Y mientras, el desalmado, cruel, inhumano, monstruo, malnacido que lo hizo continúe sin pagar por su crimen».